24/06/2025
Amar como un soberano: estrategia emocional desde la sombra
"Si no puedes ser amado y temido al mismo tiempo, escoge ser temido."
—Niccolò Maquiavelo
Estas palabras, tan citadas como incomprendidas, no son un llamado a la tiranía, sino a la soberanía interna. Maquiavelo no hablaba de frialdad emocional, sino de poder. Y en el camino del ocultismo, poder no es dominio sobre otros: es dominio sobre uno mismo.
Vivimos en un mundo que exalta la entrega ciega, el amor sin límites y la compasión infinita como si fueran virtudes absolutas. Pero en los senderos ocultos, sabemos que toda energía —incluso la amorosa— debe ser dirigida, protegida y ritualizada. No hay acto más peligroso que abrir el corazón sin círculo protector.
Mostrar el alma sin filtros, entregarse sin medida, tolerar lo que te consume… no es amor, es desmembramiento del yo.
No viniste a este plano para inmolarte. Viniste a recordar que tú eres el altar, no el sacrificio.
El mago que no pone límites no es un canal, es una grieta. Y las grietas invitan a los parásitos energéticos, muchas veces en forma de personas que dicen amarte. El amor sin contención no es luz: es incendio. Cuanto más te disuelves para complacer, más te vuelves invisible. Porque lo que no tiene precio, no tiene peso.
Lo que se regala se desperdicia. Lo que se conquista, se honra.
Maquiavelo no diría “no ames”. Diría: ama como un alquimista ama su obra: con devoción, sí, pero también con estructura, disciplina y un círculo mágico que proteja la operación.
Ama, pero no te entregues sin contrato.
Ama, pero no olvides sellar tus límites con fuego sagrado.
Ama, pero no al punto de disolver tu voluntad.
Muchas personas hoy confunden paz con anestesia. Callan para evitar el conflicto. Pero en el sendero oculto, sabemos que callar tu verdad es profanar tu templo interior. Y cuando anestesias tu esencia, dejas de ser creador y te vuelves objeto del rito de otros.
Tener "sangre fría" no significa no sentir. Significa no abrir tus puertas a quienes no han pasado la iniciación de tu confianza.
Significa proteger tu energía como proteges tu grimorio: no porque sea frágil, sino porque es sagrado.
Y si te dicen que has cambiado, que ya no