02/04/2025
Sabemos que el Autismo o Trastorno del Espectro Autista (TEA) no es una enfermedad, sino una condición neurodivergente
No hay un niño autista igual a otro, pues todos los síntomas varían en cada individuo con este diagnóstico. Por eso, una vez que se diagnostique al niño, deben tomarse en cuenta sus características especiales para llevar a cabo un plan de adaptación e inserción en la sociedad.
El objetivo de este día es generar conciencia en todas las personas sobre este tema; brindando información sobre cómo tratar, apoyar y mejorar las condiciones de los niños y adultos diagnosticados con este trastorno. De esta manera también buscar que puedan llevar una vida plena y gratificante como parte esencial de la sociedad.
Quiénes viven con esta condición tienen una manera diferente de interpretar el mundo que les rodean
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Señales tempranas y características generales del TEA:
Dificultades en la comunicación social:
Poca o ninguna interacción social, preferencia por jugar solo.
Dificultad para entender las emociones de los demás y expresar las propias.
Evitar el contacto visual, no responder a su nombre o no imitar gestos.
No señalar objetos o personas para pedir algo o compartir interés.
Dificultad para comprender el lenguaje no verbal (expresiones faciales, tono de voz).
Comportamientos repetitivos y restringidos:
Intereses muy específicos y obsesivos.
Realizar movimientos repetitivos (balancearse, aletear las manos, girar).
Apegos inusuales a objetos o rutinas.
Dificultad para adaptarse a cambios en la rutina.
Sensibilidad sensorial:
Reacciones intensas a estímulos sensoriales (sonidos, luces, texturas).
Rechazo a ciertos alimentos o ropa por su textura o olor.
Otros:
Retrasos en el desarrollo del lenguaje o de las habilidades motoras.
Pérdida de habilidades previamente adquiridas (hablar, balbucear).
Dificultad para dormir o comer.
Irritabilidad o rabietas.
Importancia de la detección temprana:
La detección temprana del TEA es crucial para poder intervenir y apoyar el desarrollo del niño.
La intervención temprana puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con TEA.