02/08/2025
“Comunicación efectiva de padres a hijos”
La forma en que los padres se comunican con sus hijos influye directamente en su autoestima, en cómo manejan emociones y en su capacidad para resolver conflictos. Una comunicación sana no es perfecta; es intencional, constante y emocionalmente segura.
1. Escucha activa
Detén lo que haces y míralo a los ojos.
Repite brevemente lo que te dijo (“Entonces, te sentiste mal porque…”) para que sepa que fue entendido.
No interrumpas ni corrijas de inmediato; dale espacio para que termine de expresarse.
2. Validación emocional
No minimices: en lugar de “No te preocupes, eso no es nada”, puedes decir: “Entiendo que eso te hizo sentir triste/frustrado”.
Ayuda a poner nombre a lo que siente: “Parece que estás enojado porque no salió como querías”.
3. Claridad y lenguaje apropiado a su edad
Evita ambigüedades: di “Necesito que guardes tus juguetes antes de cenar” en lugar de “Sé responsable”.
Usa frases cortas y concretas con niños más pequeños.
4. Modelar con el ejemplo
Si tú hablas sobre tus emociones con calma, ellos aprenden que es normal expresarse.
Usa “yo” en lugar de “tú” para evitar acusaciones: “Yo me siento preocupado cuando veo que no haces tu tarea”, en vez de “Tú nunca haces tu tarea”.
5. Rutinas de conexión
Preguntas simples diarias: “¿Qué fue lo mejor de tu día?” / “¿Eso te hizo sentir bien o mal?”
Momentos sin distracciones (comida, antes de dormir) para conversación.
6. Resolución de conflictos juntos
Escucha su versión.
Explora soluciones en conjunto: “¿Qué crees que podríamos hacer diferente la próxima vez?”
7. Revisar comprensión
Pide que te repita con sus palabras lo que acordaron o lo que entendió: “¿Me puedes decir con tus palabras qué vamos a hacer ahora?”
8. Fomentar la expresión creativa
A veces no saben decir con palabras; dibujar, jugar o usar figuras puede ser su forma de comunicarse. Pregunta sobre lo que crearon.
Frases útiles que puedes utilizar:
“Cuéntame más, quiero entenderte.”
“Veo que eso te afectó, ¿quieres que te ayude?”
“Gracias por decirme cómo te sientes.”
“Está bien sentirse así, vamos a verlo juntos.”
“¿Qué te gustaría que hiciéramos?”
La comunicación no se trata de tener siempre la respuesta correcta, sino de estar presente, validar, y acompañar. Un niño que se siente escuchado, es un niño que confía en sí mismo y en su familia.