De dulce de chile y de manteca.

De dulce de chile y de manteca. Acompañamiento. Terapeuta. Necanismos Alternativos de Solución de Conflictos. Consejos Profesionales. Artículos varios. Reseñas diversas.

Reseña del libro: “El Manantial”.Por: Mtro. Juan Antonio Maldonado Segura.“ El Manantial “.Autora: Ayn Rand.Verdadero no...
06/08/2025

Reseña del libro: “El Manantial”.

Por: Mtro. Juan Antonio Maldonado Segura.

“ El Manantial “.
Autora: Ayn Rand.
Verdadero nombre: Alisa Zinovnievna Rosenbaum.
Esta es una novela de
1943, que fue uno de los mayores éxitos literarios de Rand, que le trajo fama y el éxito financiero
Empiezo esta reseña, citando una frase del protagonista de la novela, que fue una de las que me causaron un gran impacto:

“ Un edificio honrado, como un hombre honrado, tiene que ser de una sola pieza y de una sola fe, lo que constituye la fuente de la vida, la idea de que está en lo profundo de todas las cosas y criaturas que existen, y por qué, si una parte, por muy pequeña que sea traiciona esa idea, la cosa o la criatura mueren. Y por qué lo bueno, lo alto, lo noble que existe sobre la tierra es tan sólo lo que conserva su integridad.”

El protagonista de la novela, Howard Roark, es un joven arquitecto que decide luchar solo contra los convencionalismos sociales, las ideas preconcebidas, los prejuicios, y las mentes pusilánimes, en lugar de comprometer su visión artística y personal.
El libro sigue su batalla para practicar lo que el público ve como la arquitectura moderna y racional, en un establishment centrado en la adoración de la tradición y la falta de originalidad.
Esta novela revela diversos tipos de arquetipos del carácter humano, todos los cuales son variaciones entre Roark, el hombre ideal, de espíritu único, independiente e íntegro, y lo que la autora describe como "second-handers" (subordinados), personas mediocres cuyo objetivo es lograr el "éxito" aunque tengan que traicionarse a sí mismos y a sus principios y a las personas que aman y valoran, persiguiendo a todas aquellas personas que se alzan en contra de la mediocridad para mostrar su originalidad.
Las complejas relaciones entre Roark y los diferentes tipos de personas que ayudan u obstaculizan su progreso, o ambas cosas, permiten que la novela sea a la vez un drama romántico y una obra filosófica. Roark es la encarnación de Rand del espíritu humano, y su lucha representa el triunfo del individualismo y la integridad personal sobre el tradicionalismo y la falta de principios sólidos Pese a las variadas críticas de los medios de comunicación contemporáneos.

El título del libro es una referencia a una cita de la autora: “ El ego del hombre es el manantial del progreso humano."
La autora dedicó el libro a "la noble profesión de la arquitectura", escogiendo la arquitectura por la analogía que ofrecía con sus ideas: La supremacía del ego y la visión personal que cada artista cristaliza y plasma en sus obras, como virtudes.
Recomiendo ampliamente este libro, del cual obtuve una enseñanza grandiosa que me ha permitido mantener el equilibrio en diferentes etapas de mi vida, sobre todo en aquellas, en las que la soberbia trata de imponerse sobre la integridad de mi persona.

24/07/2025
08/07/2025

La SOBERBIA es el deseo desmedido de excelencia propia, a ella se opone la virtud de la HUMIKDAD que es el servicio al prójimo y a Dios.
Desgraciadamente en nuestros días, predomina la prinera, porque la humildad, se asocia a falta de fuerza y debilidad, sin saber que ella, nos hace más poderosos de lo que podamos imaginar.
Seamos mansos y humildes de corazón.

07/07/2025

Los dulces costaban más o menos lo mismo en las dos tienditas, pero los niños preferían una y evitaban la otra.
¿Por qué?
Porque en una tienda, cuando un niño pedía:
— Me da 300 gramos de dulces, por favor, — el señor de la tienda ponía primero como medio kilo en la báscula y luego empezaba a quitar hasta que quedaban los 300 gramos exactos. Y el niño veía cómo cada vez había menos dulces.

En cambio, en la otra tienda —la favorita de todos— el tendero ponía muy poquitos al principio, unos 100 gramos, y luego iba agregando más y más, hasta llegar a los 300. Y a los niños les encantaba ver cómo les iban echando más y más dulces.
Y por eso iban donde les “daban”, no donde les “quitaban”.

Aunque al final eran los mismos 300 gramos de caramelos.

En la vida, no importa lo que hagas… hazlo de tal manera que parezca que estás “sumando”, no “restando”.

04/07/2025

Decálogo para cuentistas | Julio Ramón Ribeyro
I

El cuento debe contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que el lector pueda a su vez contarlo.

II

La historia del cuento puede ser real o inventada. Si es real debe parecer inventada, y si es inventada, real.

III

El cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.

IV

La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o sorprender, si todo ello junto, mejor. Si no logra ninguno de estos efectos, no sirve como cuento.

V

El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin aspavientos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.

VI

El cuento debe solo mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.

VII

El cuento admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.

VIII

El cuento debe partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que los obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.

IX

En el cuento no deben [sic] haber tiempos mu***os ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente imprescindible.

X

El cuento debe conducir necesaria, inexorablemente a un solo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es que el cuento ha fallado.

02/07/2025

Dar explicaciones debilita

Vivimos en una sociedad donde parecer tener todo bajo control, justificar cada decisión y complacer a todos se ha convertido en una especie de mandato invisible.
Nos han enseñado, desde pequeños, que debemos explicar el porqué de todo.
Por qué actuamos de una forma y no de otra, por qué elegimos un camino distinto al esperado, por qué sentimos lo que sentimos o preferimos lo que preferimos.

Pero lo cierto es que, muchas veces, dar explicaciones debilita.
Nos expone, nos resta fuerza y, en ocasiones, nos hunde en un pozo emocional donde la culpa y la vergüenza encuentran terreno fértil para crecer.

Cuando sentimos que tenemos que justificarnos constantemente por nuestras elecciones, estamos entregando nuestro poder personal al juicio ajeno.
Entramos así en la caverna oscura de la validación externa, donde todo lo que somos, hacemos o decidimos parece tener que pasar por el filtro de los demás para ser aceptado.

¿Por qué dar explicaciones nos hace sentir más pequeños?
Porque, en el fondo, cada vez que damos una explicación innecesaria, estamos enviando un mensaje inconsciente, no confío del todo en mí mismo o me preocupa más tu opinión que mi paz.
Y eso es devastador para nuestra autoestima.

La necesidad de dar explicaciones constantes nace del miedo.
Miedo a no gustar.
Miedo a ser rechazados.
Miedo a decepcionar.
Miedo a que piensen mal de nosotros.

Pero lo paradójico es que, cuando dejamos de justificarnos por todo, cuando actuamos con coherencia y sin pedir permiso por ser quienes somos, comenzamos a vivir con más fuerza, con más autenticidad, con más paz.

No siempre hay que explicar tus decisiones.
Decidir sin justificar es un acto de salud emocional.
No siempre tienes que explicar por qué cambias de rumbo, por qué ya no hablas con alguien, por qué dejas un trabajo, una relación o una rutina.
Tú sabes lo que has vivido, lo que has sentido, lo que te ha dolido.
Tú conoces tu historia, tus límites, tus prioridades.
Y eso basta.
La vida se vuelve más ligera, fluida y honesta cuando aprendes a decir, simplemente, No, gracias.
Porque me apetece.
Porque ya no quiero.
Porque prefiero vivir de otra manera.
Sin más.
Sin sentirte obligado a abrir el alma cada vez que alguien exige una explicación que no merece.

No debes explicar tus preferencias personales.
Tu forma de vestir, tu estilo de vida, tus aficiones, tus hábitos, tu manera de amar, tus sueños y tus silencios son tuyos.

No tienes que dar explicaciones por querer estar solo, por querer estar en silencio, por cambiar de opinión o por querer empezar de nuevo.

Quien te respete de verdad, no te pedirá justificaciones.
Quien te quiera bien, entenderá tus decisiones aunque no las comparta.
Quien no quiera comprenderte, tampoco lo hará aunque le expliques mil veces.

Aprende a soltar el peso de la justificación.
No es arrogancia, es autoestima.
No es indiferencia, es amor propio.
No es egoísmo, es equilibrio.

Tienes derecho a proteger tu energía.
Tienes derecho a cerrar ciclos sin dar parte.
Tienes derecho a elegir un camino distinto sin explicarlo todo.
Tienes derecho a vivir sin rendir cuentas constantemente.

Decir no quiero dar explicaciones es una forma sana de poner límites, de marcar tu espacio, de respetarte a ti mismo.
Es un acto de madurez emocional y de libertad interna.

Atrévete a vivir sin justificarte.
Atrévete a decir esto es lo que he decidido, y nada más.
Atrévete a alejarte de quien te interroga solo para juzgarte.
Atrévete a vivir desde la coherencia contigo mismo, no desde la presión del entorno.

No necesitas la aprobación de nadie para ser feliz.
Necesitas paz, autenticidad y compromiso contigo mismo.

La libertad empieza cuando dejas de justificar cada paso que das.
Vivir desde la autenticidad no requiere explicaciones,
sino convicciones.
Y quien te valora de verdad, no pide razones,
te acompaña en silencio y con respeto.

— Rody Armando Mora

30/06/2025

Inclusión transversal: cómo crear un espacio para lo diferente
Por Lourdes Botello
Nuestra sociedad discrimina por etnia, orientación sexual, nivel económico, religión o discapacidad. Las palabras pesan, tus acciones más.
Durante Love4All, Roberto Morán, periodista, ex editor de Expansión y conductor del podcast De Otro Modo, moderó a Lorena Guillé, directora ejecutiva de Fundación Cinépolis; Ernesto Nuñez Lagos, director de Love4All; Samantha Flores, de Laethus Vitae; Ángel Candia, activista y secretario general adjunto de la Fundación México Vivo; Gerardo Gaya, director de Iluminemos de Azul por el Autismo y Agustín de Pavia, director de Yo También, A.C., en una conversación sobre cómo la diversidad y la inclusión se van gestando a través de esfuerzos de educación, sensibilización y legislación.
Agustín de Pavia mencionó que no se trata de señalar a las personas diferentes, o de ayudarlas todo el tiempo. Se trata de entender cuáles son las condiciones que necesitan para realizar bien su trabajo.
Tampoco se trata de ‘curar’ a las personas con discapacidad, sino de entender cuáles son sus talentos y permitir que los desarrollen y los pongan en práctica.
Un tema que nos debería preocupar: que en las empresas se apliquen diferentes medidas disciplinarias a personas con discapacidad.

Love4All celebra la diversidad y la inclusión en los negocios, el arte, la cultura y la familia. Reconoce el camino que ha recorrido la comunidad LGBT+, así como a los aliados que creen en la diversidad.
Su propósito es eliminar las fronteras entre la comunidad LGBT+ y otros grupos que sufren discriminación como las personas con discapacidad, mujeres o indígenas, y la sociedad, cultivando todo lo que representa honestidad, integridad, apoyo, desarrollo e integración.

Es importante saber valorar cuando uno hace falta…Pero es más importante saber irse cuando uno está demás.
25/06/2025

Es importante saber valorar cuando uno hace falta…
Pero es más importante saber irse cuando uno está demás.

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