02/09/2025
En el mes de agosto tuve la fortuna de participar en el ciclo de cine “𝗩𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗮 𝗰𝗶𝗻𝗲 𝗲𝗻 𝗣𝗶𝘀𝘁𝗲́ 𝗱𝗲 𝗖𝗵𝗶𝗰𝗵𝗲́𝗻 𝗜𝘁𝘇𝗮́. 𝗞𝗼’𝗼𝘅 𝗰𝗵𝗮’𝗮𝗻 𝗰𝗶𝗻𝗲 𝘁𝘂 𝗸𝗮𝗮𝗷𝗶𝗹 𝗣’𝗶́𝗶𝘀𝘁𝗲’”, una experiencia profundamente enriquecedora tanto en lo personal como en lo profesional.
Los tres documentales que analizamos me dejaron mucha enseñanza y reflexión. Muchas personas podrían preguntarse: ¿qué hace una psicóloga participando en este tipo de espacios?, ¿qué relevancia tiene? La respuesta está en comprender que la psicología —particularmente la social y cultural— juega un papel fundamental en el análisis del impacto que tiene la pérdida o la transformación de nuestra cultura, tanto a nivel individual como colectivo.
En Pisté, un pueblo con una identidad muy peculiar y fuertemente influenciado por el turismo, podemos observar de cerca los procesos de aculturación, resistencia y transformación cultural. Como psicóloga, me interesa analizar cómo estas transiciones influyen en nuestra identidad, en nuestra forma de reconocernos como pueblo, y en la manera en que transmitimos a las nuevas generaciones la esencia de nuestras raíces. La pregunta constante es: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿cómo mantenemos viva nuestra cultura en medio de los cambios inevitables?
Estoy convencida de que preservar y promover nuestra cultura no es solo un acto de memoria, sino también una responsabilidad con nuestros abuelos, padres y familias, y un compromiso hacia los niños, niñas y adolescentes que representan la continuidad de nuestra identidad. La psicología nos ayuda a entender estas transiciones no como rupturas, sino como procesos de adaptación que, si se acompañan con conciencia y reflexión, pueden fortalecer la esencia de lo que somos.
Agradezco profundamente al Ling. Gerónimo Ricardo Can Tec, subdirector de Difusión de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, y a la Dra. María Guadalupe Espinosa Rodríguez, directora de la Zona Arqueológica, del Gran Museo y del CATVI de Chichén Itzá, por la invitación, por sus atenciones y por hacer posibles estos espacios de diálogo y reflexión. Ojalá que la perseverancia se mantenga y que cada vez más personas se sumen a esta labor de preservar, valorar y dar vida a nuestra cultura.