22/10/2020
Sí, ésta es la supremacía del cuerpo. Tu cerebro está programado para mantenerte en contextos que le son familiares, porque para él FAMILIARIDAD = SEGURIDAD y si lo que le resulta familiar es la toxicidad, ahí te mantendrá. Por eso no importa cuánto conozcas tus patrones, tus heridas, tus inercias, tus automatismos. No importa cuánto psicoanálisis o disección les hagas o cuánto hables de ellos.
En mis sesiones no dejo hablar mucho a las personas con las que trabajo. Leo sus cuerpos y vamos directamente a LA VERDAD, no a lo que me están contando, no a lo que me quieren "vender", no a lo que están interpretando: A lo que dicen sus cuerpos. El cuerpo NUNCA miente.
Puedes haber tomado la decisión hace mucho tiempo de abandonar esa relación, pero tu cerebro y tu cuerpo aún no la han tomado y no puedes luchar contra esto.
Sentirte mal contigo misma, culpabilizarte, frustrarte, sentirte impotente....es normal, pero no te ayuda: Perpetúa una guerra contigo misma y con tu cuerpo.
El dolor nos distancia de nosotras/os mismas/os. Los aspectos de nosotras que rechazamos sienten cosas que no queremos sentir, y para dejar de sentirlos, tenemos que también dejar de sentir los lugares de nuestro cuerpo que los expresan y los manifiestan.
Así es como empezamos a dejar de sentir nuestro cuerpo y cuando lo hacemos nos alejamos de nosotras, de nuestra Verdad, de nuestro GPS interior que nunca falla, y cuando lo hacemos, en ese lugar se crea un agujero, un vacío, y los vacíos siempre quieren volver a llenarse.
A veces con adicciones (a personas, a sustancias…), al móvil, a instagram, al sexo…completa con lo que más te guste; pero el vacío de lo que quiere llenarse, es de aquello mismo de lo que se vació, e inconscientemente serás un imán para esas mismas emociones de las que quieres alejarte, para lograr ese sentido de completitud que tanto anhelas, sentirte completa de nuevo, llena, ¿sabes de qué? DE TI.
Todo está en ti, no has perdido nada, no se ha ido a ninguna parte.
Para hacer este proceso, es necesario crear una nueva referencia interna de seguridad, una seguridad fisiológica, biológica, corporal, haciendo el trabajo personal necesario, para el que es fundamental el trabajo con tu cuerpo y con tu sistema nervioso, porque el trauma, está en tu cuerpo, no en tu cabeza.
Volviendo a él es como podrás experimentar en primera persona las compensaciones, adaptaciones y registros que ha adoptado para protegerte y que pudieras sobrevivir física y/o emocionalmente y de cómo muchas de ellas, son el origen de tu disociación con tu feminidad y tu herida femenina. Al final, todo, todo está relacionado. El paisaje es muchísimo más amplio que el de nuestra reducida visión física y mental. El vientre y el corazón son lugares de poder de la energía femenina, cuando nos alejamos de ellos, nos alejamos de ella, de nosotras, perpetuando nuestra herida de abandono; perpetuando nuestro gran anhelo del feminino.
Cuando dejamos esto para después, seguimos encadenadas a la compulsión por la repetición: un proceso psicológico que consiste en la necesidad de re-experimentar las heridas del pasado para poder lograr sensación de control hoy, atrapada en la relación hasta que sea tan insoportable que se caiga por su propio peso, desconectada de ti y de tu cuerpo.
Lo que no resolvemos nos los llevamos a la siguiente relación donde volveremos a jugar a interpretar el trauma emocional no resuelto como el día de la marmota.
Siempre puedes sanar y aprender la lección sin enredarte en el abuso. Para ello necesitas hacer el trabajo.
Sé que es muy, muy difícil. Uno de mis grandes despertares fue una relación y lo que me perdí en ella, así que créeme cuando te digo que sé cómo te sientes, pero se puede, por supuesto que se puede, y no estás sola.
Vamos juntas 🔥♥️
Lorena Cuendias