21/10/2022
La joven de 14 años con depresión que se desmayaba y perdía la memoria
Habitualmente es en la niñez o en la adolescencia cuando las personas llegan a sufrir de los llamados ataques espirituales que les pueden producir lo que la ciencia médica conoce como ansiedad, depresión, bipolaridad o hasta esquizofrenia, pero es también el mejor momento para que la persona sea tratada en la terapia y pueda liberarse de ese ataque y en consecuencia sanar.
Ese fue el caso de una chica a la que denominaré Karla, quien tiene catorce años de edad y que de forma reciente sufrió un ataque estando dentro de la escuela, dicho ataque consistió en que la menor, dejó de tener el control de sí misma, aunque seguía caminando y comportándose en forma externa sin aparente problema, ella refiere que a partir de ese momento dejó de recordar lo que estaba haciendo y se puso a deambular por la calle. Su familia al percatarse de ello, es decir, de su desaparición, empezó a buscarla hasta que finalmente, algunas horas después la encontraron y en forma posterior recuperó el conocimiento.
Al día siguiente, acude al despacho en compañía de su madre y hermana, quienes consternadas me explican el problema y le pido a Karla que me diga absolutamente todo aquello que en condiciones normales habría de callar ante la presencia de un médico, de un psicólogo o de un psiquiatra, y le voy diciendo además, que lejos de pensar que ella podría estar mal de sus facultades mentales, considero que se encuentra bien, pero que, de tener alucinaciones visuales, auditivas, olfativas o táctiles (estas dos últimas también son importantes de reconocer) eran importantes que me las dijera, así como aquellos sueños de carácter recurrente que pudiera tener.
Me dice entonces que si ve cosas, que todo empezó cuando ella tenía alrededor de 11 o 12 años, fue entonces cuando empezó a ver a una niña que tenia aproximadamente su misma edad, dice que la veía también en sueños, que al principio le causaba miedo, pues ella se veía triste, y que tanto cuando estaba despierta, como cuando estaba en sueños, le preguntaba su nombre y que ella no se lo quería decir, hasta que finalmente le responde y le dice que no sabe quién es, que no recuerda nada. Lo anterior significa para mí la probable causa de su pérdida de memoria de Karla y el porqué de sus desvanecimientos.
Luego, continua diciendo que empezó a sentirse muy triste a raíz del fallecimiento de su tío, dice que su muerte fue muy dolorosa, que pereció en un accidente de tránsito y que su cuerpo fue encontrado dos días después de que aconteció y que por lo tanto su cuerpo estaba en descomposición y no pudo despedirse de él y mucho menos verle, pero cuando estaban velándole en forma muy rápida para enterrarle, ella dice que lo ve, que le dice él que tiene mucha sed, pero que nadie más le ve, y así, en varias ocasiones para irse a la escuela mientras duerme, ella escucha su nombre y la voz del tío, le dice que debe de despertar y entonces lo hace, pero ya no lo ve, luego le dice que debe de ser fuerte y que debe de estar bien, pero entonces se siente peor, no quiere salir de casa, se siente muy deprimida, no tiene deseos de bañarse y de cambiarse, su aspecto cambia, y a veces, cuando se mira al espejo tiene la sensación de ser una persona diferente.
Eso último me recuerda uno de los primeros casos que me tocó atender, cuando una persona recién fallecida que le iban a enterrar pasa en la caravana con el cuerpo y una persona demasiado sensible estaba por ese lugar y de repente empieza a actuar extraño, pregunta con una voz y palabras diferentes que dónde está y va corriendo a mirarse al espejo, luego de haberme dicho la familia lo que pasó, intuyo que el alma del difunto ingresó al paciente y entonces realizó la terapia de desposesión y el alma se va finalmente y la persona se recupera.
Ante los síntomas, me queda claro que la joven tiene un problema de posesión espiritual, y que son varias las almas que están interactuando sobre ella (aunque en realidad no tienen el control absoluto sobre esta, pero si le afectan en sus emociones) empezamos la terapia y a los pocos minutos, ya estando en trance hipnótico le digo que se visualice a sí misma y que me diga en que parte de su cuerpo se encuentra la tristeza, entonces me dice que está en su cabeza, le pido que me diga de qué color se ve la tristeza, me dice que es de color negro, ahora le pregunto que si puede decirme si se trata de hombre o de mujer, me dice que es una mujer, le pido que me diga qué edad, me dice que tiene 11 o 12 años, entonces le digo que le voy a hacer una serie de preguntas, y que las respuestas van a venir solas a su mente, y que cuando las tenga me lo diga, así empiezo con la primera y le digo si se encuentra cansada y se quiere ir, me dice casi de inmediato que si, entonces, ante la respuesta, es innecesario saber más, por lo que le digo que enseguida va observar una luz blanca, intensa y hermosa, y que cuando la visualice deberá de avanzar hacia ella, a continuación le digo a Karla que me diga que es lo que ve, ella me dice que la niña está avanzando a la luz, que la tomó de la mano una mujer, que la abraza y que ambas están contentas, que ella cuando está por cruzar la luz se detiene y voltea y le da las gracias, y la otra mujer hace lo mismo y le dice que gracias por cuidar de su niña, entonces cruzan y la luz se va. Mientras eso sucede, el rostro de Karla, que antes era de pesadumbre y tristeza, ha cambiado y empieza a sonreír, se ve ahora muy animada, muy feliz, entonces le pido ahora que visualice a su tío, me dice de inmediato que lo ve, le pregunto si su rostro es triste, enojado o contento, me dice que está feliz, le pido ahora que le pregunte si él está feliz en el lugar en donde está, responde que sí, le pregunto si está en la luz, dice que sí, entonces le digo, pregúntale si tú debes de sentirte triste por él, responde que no, que en el lugar donde está él todo es felicidad, que ella debe dejar de estar triste, debe de ser feliz, que algún día se volverán a encontrar, entonces le digo que es hora de despedirse de su tío, y su rostro ahora es mucho más feliz, se va el tío y le digo a ella que vea si hay alguien más que necesite irse a la luz, me dice que sí, pero que no quiere irse, que tiene miedo, entonces le pregunto que quien es, responde que se trata de un niño, y le pregunto si no desea irse con su mamá, o si quiere que venga por él mamita María, responde que sí, que quiere estar con su mamá, entonces le digo que va a ver una luz hermosa al frente de él, que cuando la vea avance hacia ella, y le pido a Karla que me describa la escena, entonces ella me dice que María le ha tomado de la mano, que los dos caminan a la luz que el niño va muy feliz y se despide de Karla.
Luego de ello, y de advertir que aparentemente no hay más almas que le acompañen, le digo a Karla que a la cuenta de tres abrirá los ojos, y al hacerlo me dice que se siente mucho mejor, que se ha ido la tristeza que sentía, que advierte menos pesadez en sus hombros, que puede ver mejor, con más claridad y está muy contenta.
Lo anterior, fue parte de la terapia de hipnosis de desposesión espiritual, la que permite que la liberación y sanación se dé en el paciente que refiere de tristeza injustificada y los síntomas que le son comunes a la depresión.