14/06/2025
🤱 ¿Sabías que lo sería que un recién nacido permaneciera en el pecho de su madre durante al menos una hora después del nacimiento?.
El mide entre 50 y 60 centímetros: una longitud perfecta para permitir ese primer contacto piel con piel, tan necesario para ambos.
Pero esto no solo se trata de emociones. En el momento del nacimiento, una cuarta parte de la sangre del bebé aún permanece en la placenta. Si dejamos el cordón umbilical intacto durante al menos 25 minutos, esa sangre —rica en nutrientes y células madre— se transfiere al bebé, previniendo posibles cuadros de anemia y fortaleciendo su organismo.
Este traspaso natural incluye también las valiosas , diseñadas para llegar al cuerpo del bebé y no a un banco en Grecia, Dinamarca o cualquier otro lugar del mundo. Estas células tienen una función clara: reparar tejidos, fortalecer el sistema inmunológico y ayudar en la adaptación postnatal. Son parte de su herencia biológica, no un producto comercial.
Los animales no cortan el cordón de inmediato. De hecho, muchas especies incluso se alimentan de la placenta tiempo después del parto. Nosotros, los humanos, somos la única especie que interrumpe este proceso natural de forma inmediata y rutinaria, aplicando un procedimiento bárbaro y traumático justo cuando el recién nacido apenas está aprendiendo a respirar.
Por eso, el plan de parto debe incluir el pinzamiento tardío del cordón umbilical, al menos hasta que deje de latir. No es un capricho: es una necesidad fisiológica, una decisión informada y amorosa.
¿Te han dicho que el valor de las células madre de tu hijo ronda entre 2.000 y 4.000 euros?.
¿Y que existen “paquetes” para extraerlas en los primeros minutos del nacimiento?.
Sí, son realmente caras, pero no tienen precio para tu hijo. Estas células valen oro, pero no para un banco, sino para quien las necesita desde el primer momento: tu bebé.
Las células madre se forman desde la concepción y habitan en la placenta, el órgano que ha nutrido y protegido a tu hijo durante 9 meses. Si no se interrumpe el proceso natural, esas células llegarán a su destino correcto: el cuerpo del recién nacido, donde podrán reparar cualquier daño posparto y apoyar su desarrollo.
¿Comprendes ahora por qué tantas empresas están interesadas en ellas?:
La verdadera locura es creer en los mensajes de miedo diseñados por campañas de marketing muy bien pagadas, que te venden la idea de “salvarle la vida a tu hijo” mientras le quitan lo que es suyo por derecho biológico.
Por favor, querida madre, no te dejes convencer ni comprar.
Infórmate. Escucha tu intuición. Habla desde tu consciencia.
Antes de entregar miles de euros, piensa en lo que realmente estás entregando: la sangre y las células madre que le pertenecen a tu hijo.
Con respeto y amor, Ditti Depner Terapeuta y fundadora del concepto renacentista holístico.
Consultora holística en fertilidad, embarazo, nacimiento y vida postnatal.