
11/10/2022
Por definición, los trastornos de conducta alimentaria, abarcan problemas significativos con la alimentación. Sin embargo, para comprenderlos y prevenirlos, debemos reconocer su naturaleza multidimensional, incluida su relación con la imagen corporal. En general, se refieren (1) a una combinación de discapacidad, angustia, desconexión y desviación de las normas sociales y/o personales que se atribuye a un conjunto de patrones de alimentación entretejidos; (2) prácticas de control de peso; (3) creencias, sentimientos y comportamientos, es decir, actitudes, con respecto a la comida, el peso, la forma del cuerpo y estar bajo o fuera de control; (4) luchas con la identidad y el autocontrol; y (5) alteraciones en los procesos neurobiológicos subyacentes al hambre, la saciedad, el placer, la ansiedad y la ira. Para avanzar en el campo de la prevención, también es muy útil pensar en los TCA como formas severas e integradas de actitudes que son comunes, si no normativas, en muchos países industrializados.
Los trastornos de conducta alimentaria son preocupantemente prevalentes; a menudo son extremadamente graves; y tienden a ser muy difíciles, lentos y costosos de tratar, incluso con una intervención multidisciplinaria y experta.