28/08/2025
La confusión entre síntoma y economía, aparece aquí como si el aparato psíquico funcionara con el mismo principio de mercado. Freud ya advertía que los síntomas son “una formación de compromiso” (Freud, 1909, Análisis de la fobia de un niño de cinco años), es decir, no hay forma de “recortar” solo una parte sin tocar el resto del entramado inconsciente.
La pregunta del paciente muestra lo que Melanie Klein describió como la posición avara del yo, donde el sujeto fantasea con retener y pagar lo mínimo, intentando controlar tanto la pérdida de dinero como la cesión psíquica (Klein, 1929, Situaciones de ansiedad infantiles).
Desde el encuadre, el analista podría pensar: el mismo intento de “negociar el costo” se vuelve una puesta en acto de la avaricia, una transferencia en donde el dinero simboliza no solo el valor del trabajo, sino la fantasía inconsciente de no dar nada sin obtener ganancia.
Así el síntoma “avaricia” no se puede aislar como un objeto a reparar, porque “el inconsciente no admite compartimentos estancos” (Lacan, Seminario 11). El sujeto que quiere pagar menos por su análisis pone en juego, precisamente, la avaricia que quiere “curar”.