27/06/2022
Futuros estudiantes. Está es una realidad.
Considérenlo.
Saludos.
👇🏼
Nos prometieron que si estudiábamos conseguiríamos lo que nos propusiéramos y aquí estamos. La Fisioterapia se encuentra con un problema, el negocio de la educación le está ganando la batalla a la propia educación.
Pertenecemos a una generación de fisioterapeutas a los que les vendieron que al terminar la carrera no sabían lo suficiente, no eran lo suficientemente buenos o simplemente no contaban con las capacidades y/o garantías necesarias para poder tratar a un paciente sin tener miedo.
Nos vendieron que especializarse era obligatorio, pero el tiempo pasa y nosotros seguimos igual. Trabajo jornada completa, master los fines de semana y la cuenta bancaria tiritando. Mientras tanto, seguimos poniendo buena cara y haciendo como si no pasara nada, ¡qué maravilla!
Nuestras notas de corte siguen siendo de las más altas, miles de fisioterapeutas nuevos salen al mercado laboral y la triste realidad es que a la hora de buscar empleo, a muchos de ellos les venderán que no son lo suficientemente buenos como para tener un salario por convenio.
Seguimos siendo invisibles en la sanidad pública, las plazas no aumentan, las condiciones no mejoran y esto no tiene pinta de que vaya a cambiar. Ni para la Fisioterapia ni para el esto de profesiones sanitarias.
Pertenecemos a la generación del “si no lo coges tú, llamo al siguiente”. Pero lo cierto es que cada día que pasa, “el siguiente” está más cansado de esta situación.
En los próximos años nuevas universidades privadas acogerán estudios de Fisioterapia y nuestro problema seguirá engordando. El desempleo aumentará y no creo que ninguno de nosotros tenga entonces ganas de “competir” por 1200 € al mes. Necesitamos “numerus clausus” para no terminar convirtiéndonos en la generación de fisioterapeutas mejor formados y con peor calidad de vida de nuestra historia.
Mientras tanto no podemos hacer otra cosa que avisar a los nuevos estudiantes de algo que nunca le contarán en la universidad, el futuro de la Fisioterapia no es tan prometedor como nos lo vendieron y será labor nuestra construirlo, una responsabilidad que quizás no debería caer en nuestros hombros.