14/08/2024
Cuando aprendas a distinguir las diferencias,.dejarás de exigir y por consiguiente, de sufrir.
Una persona puede ser un excelente amigo, hijo, hermano, un ser humano maravilloso. Sin embargo, en un vínculo amoroso, se construye un tercer nivel de relación, más allá del Yo y el Tú, está EL NOSOTROS, con los acuerdos, expectativas, negociaciones y voluntades que los miembros de la relación deciden establecer.
Ahí es donde las cosas pueden ser distintas y entonces descubres que tu apuesta dama o caballero, simplemente no la arma contigo. Esto no quiere decir, necesariamente, que sea una persona mal intencionada o perversa, puede ser sencillamente que la vida entre ustedes, no les funciona en su convivencia o en alguna área específica de su vínculo.
La relación de pareja es más que la unión de dos personas. Es el encuentro de dos sistemas familiares con todas sus influencias actuales y también transgeneracionales, del que emergerá un nuevo sistema distinto a los de origen, construido por los protagonistas de esa relación.
Desde luego, cuando hay confrontaciones, conflictos o desavenencias, pueden revisar su vínculo y posiblemente mejorarlo, o incluso soltarse, lo cual requiere de la voluntad mutua. Para eso, la psicoterapia de pareja puede ser un valioso recurso de apoyo y acompañamiento en la toma de decisiones que SOLO A LA PAREJA LE FUNCIONEN.
Esto aplica también en el ejercicio de la crianza. Una persona puede ser estupendo amigo, colaborador, hijo, hermano o amigo y sin embargo, en el vínculo con sus hijos, simplemente carece de competencias y de responsabilidad en diferentes ámbitos.
Cuando lo comprendes así, entonces dejas de torturarte o convertirte en juez o en víctima, buscando culpables o tachando a la gente de mala persona, solo porque no te cubre tus expectativas o no hace las cosas como tú quieres que las haga o como según tus creencias "así debe de ser".
Siempre es importante ir más allá del romance, del enamoramiento y brindarte la oportunidad de conocer a tu prospecto, en esos temas incómodos, sin embargo necesarios, como lo son aquellos relacionados con las expectativas y formas de vivirse en sus vínculos amorosos.
Aún así, jamás sabrás, de forma predictoria, con aquello que en tu vida te toparás y con lo que te sorprenderás.
Aceptas tu realidad para poder entonces tomar acción y cambiar lo que necesiten, o te abrazas a tu sufrimiento neurótico, esperando que sea la otra persona, quien cambie.
🖋 Dr. Juan Manuel Carvajal Blancas