09/12/2025
Hay momentos en la vida en los que varias personas te dicen lo mismo:
“te estás desgastando”,
“esa relación no te hace bien”,
“estás apagado”,
“has cambiado”.
Y aun así no lo ves. O no quieres verlo.
Jung explicaba que cada persona tiene puntos ciegos emocionales: áreas de la psique donde la conciencia no llega porque aceptar la verdad sería demasiado movilizador.
No es ignorancia: es defensa.
Si vieras lo que está pasando, tendrías que cambiar algo… y eso da miedo.
Los puntos ciegos suelen revelar:
• dependencias afectivas,
• patrones repetidos,
• heridas no sanadas,
• identidades que ya caducaron,
• límites que nunca pusiste.
La clave no es forzarte a verlo.
Es prestar atención a lo que los demás cuentan… especialmente cuando coincide.
A veces tu alma te habla a través de otras voces.