La salud del ser humano depende del equilibrio que haya entre su mente, emociones, cuerpo, energía… cuando una de estas áreas se altera, con el tiempo va provocando desequilibrios en las demás. Los síntomas que aparecen en el cuerpo físico son el resultado de perturbaciones a nivel mental-emocional del individuo. En las terapias holísticas estos desequilibrios son detectados y tratados a nivel energético y de manera preventiva. Cuando la alteración ya ha llegado a nivel físico, las terapias holísticas no atienden solamente el síntoma, sino que además, actúan en el reequilibrio de todo el sistema energético de la persona, procurando que los síntomas no se vuelvan a registrar periódicamente. Para ello, es fundamental la colaboración del paciente, ya que muchos desequilibrios son debido a creencias, malos hábitos, traumas, conflictos emocionales, excesos… por lo cual es imprescindible que el paciente concientice las causas de sus alteraciones y colabore con el terapeuta para que se dé una verdadera sanación.