
03/09/2025
Papá de sangre, hoy no te angusties si no pudiste venir a verme.
Tampoco te preocupes si no hubo tiempo para abrazarme, mi mamá ya lo hizo.
No pasa nada si no pudiste llamarme para desearme buenas noches, porque mi mamá ya entró a mi cuarto, me abrazó, me deseó dulces sueños y oró conmigo.
No te mortifiques por si ya comí… mamá hoy me preparó mi platillo favorito y compartimos una linda tarde juntos.
Tampoco te inquietes por los zapatos rotos que llevaba la última vez que me viste, mamá pidió un préstamo en el trabajo y me compró lo que me faltaba.
No hace falta que te preocupes por llevarme al médico, mamá ya me llevó; y no solo eso, también se ha asegurado de que no olvide mis medicinas y la he visto varias veces entrar a mi cuarto solo para tocarme la frente, temiendo que aún tuviera fiebre.
No te preocupes por mis estudios, mis útiles o cualquier gasto, mamá se ha esforzado para darme todo.
No te sientas mal por apartarme de tu vida y de tu nueva familia… mamá y mis hermanos somos una familia.
Y tampoco te angusties por no conocer lo que me gusta ni a mis mejores amigos; ellos solo conocen a mamá, no creí necesario mencionar que tenía un papá de sangre.
Un padre de verdad es quien ama, cuida, educa, guía, protege y da ejemplo.
No el que solo engendra y abandona, ni aquel al que hay que andar buscando para ver si decide hacerse cargo.