31/12/2024
El inicio de un nuevo año suele estar lleno de expectativas, celebraciones y buenos deseos, pero no todas las personas reciben este momento con alegría o entusiasmo. A veces, en lugar de felicidad, el corazón puede estar lleno de nostalgia, incertidumbre, tristeza o simplemente una calma inesperada. Y eso está bien.
La verdadera magia del año nuevo no radica en tener una emoción específica, sino en permitirnos sentir lo que realmente habita en nuestro interior. Reflexionar sobre el año que dejamos atrás, con sus altos y bajos, es una forma de honrar nuestra experiencia. No se trata de negar lo difícil, sino de aceptar que esas emociones también forman parte de nosotros y tienen algo que enseñarnos.
Lo importante no es estar eufóricos o proyectar felicidad todo el tiempo, sino encontrar serenidad en nuestra verdad. La tranquilidad llega cuando dejamos de pelear con nuestras emociones, cuando las acogemos como mensajeras de lo que necesitamos atender.
En este 2025, más que desear que todo sea perfecto, deseemos autenticidad: que cada quien viva su año nuevo desde el lugar en el que está, sin juicios ni presiones. Porque la vida no siempre es luz brillante; a veces es penumbra suave, y ambas son necesarias para crecer.
Sea cual sea tu emoción hoy, que encuentres paz en ella. Que este nuevo ciclo te dé el espacio y el tiempo para seguir caminando a tu propio ritmo. ¡Feliz año nuevo!
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