07/12/2024
Heráclito de Éfeso. Vida, Pensamiento e Importancia
Heráclito fue uno de los más influyentes filósofos de la Grecia Antigua. Se estima que vivió entre el 540 y el 480 a.C.
Nacido en Éfeso, una colonia griega de Asia Menor, es descrito como una persona con un carácter muy altivo, y elitista, llegándosele incluso a considerar como misántropo, esto es, que despreciaba a la mayoría de la humanidad por su ignorancia y flojedad.
Por esto, escribió un tratado en un tono bastante difícil de comprender, lleno de sentencias paradójicas; debido a este estilo se le llamo desde muy pronto, “el Oscuro”. Decía que escribió de esta forma para que sólo los más dotados y despiertos pudieran comprender su mensaje. De hecho se dice que por su desprecio a las masas, prefirió irse a vivir en soledad fuera de las ciudades.
Su tratado lo depositó en el templo de Artemisa, diosa de la naturaleza y lo salvaje. Sin embargo, con el paso del tiempo, se perdió el conjunto y sólo sobrevivieron diversas frases que han pasado a llamarse los fragmentos de Heráclito.
Para Heráclito, existe una realidad última que gobierna “todo a través de todo”. A esta realidad la llama el Logos, es decir, la Razón.
El Logos lo gobierna todo, nos dice Heráclito, a través de la lucha de contrarios. Así, en el ser humano podemos ver al hombre y la mujer; al hombre libre y al esclavo. En la naturaleza se enfrenta el agua con el fuego, el frio con el calor, etc.
La realidad es pues, un constante devenir, un movimiento eterno. De ahí su famosa frase que dice, “nadie puede entrar dos veces en el mismo río”. Todo está constantemente transformándose.
Este movimiento no es, sin embargo, totalmente aleatorio. Sino que surge de un conflicto eterno; los seres tienen que luchar unos contra los otros a fin de sobrevivir, lo cual lograrán al menos durante un tiempo. Esto por ejemplo, se puede apreciar, en la alimentación, pues los seres vivos, para sobrevivir, tienen que comerse los unos a los otros.
De ahí que Heráclito nos diga “la guerra es el padre de todo”, pues el movimiento del universo surge de una lucha, en lo que lo único que es eterno es el Logos.
Así, Heráclito compara el cosmos al fuego, pues el fuego sobrevive de consumir otros seres; el universo es como un fuego que se consume a sí mismo para seguir existiendo.
El hombre pues, no está hecho para el placer ni para el descanso, sino para la guerra, para la lucha, por lo que debe siempre exigirse lo máximo. Encontramos en Heráclito una ética casi militar, la búsqueda de una perfección y un fortalecimiento constante.
Es a través del conflicto y la guerra, nos dice Heráclito, que surge la aparente armonía del cosmos. Por ejemplo, una lira, un instrumento musical que produce hermosa música, tiene su base en la tensión que existe entre el arco y las cuerdas; una tensión que no se ve a primera vista pero que ahí está; dos fuerzas encontradas que producen armonía y belleza.
A partir de Heráclito se asumirá que todo en el mundo material está en una constante transformación, influyendo esta noción en toda la historiad de la filosofía, desde Platón y Aristóteles, hasta en la actualidad, inténtandose descubrir, la ley (Logos, razón) que gobierna las transformaciones del mundo.
