22/04/2025
Cuando la maternidad se convierte en una imagen y lo vemos en las revistas.
Marta hojea una revista para padres mientras su bebé duerme. Pasa las páginas llenas de mujeres sonrientes, casas impecables, bebés felices. Suspira. Se siente cansada, desbordada, un poco sola. Mira esas imágenes y no se encuentra. No ve las ojeras, las dudas, las noches en vela. No ve la maternidad que ella vive.
Esto no es casualidad. Las imágenes que vemos en revistas y redes sociales han sido seleccionadas y repetidas durante décadas. Nos muestran una versión ideal de la maternidad: una experiencia perfecta, natural, instintiva, siempre amorosa. Pero esa versión también es una construcción. No nace del día a día de las madres reales, sino de intereses económicos, culturales y sociales.
La antropóloga Sandra Fernández García ha estudiado cómo se ha transformado la imagen de la maternidad en España. Su investigación, publicada en Disparidades, analiza revistas especializadas, entrevistas y publicidades desde el franquismo hasta hoy. Lo que descubre es que el centro de la familia ha cambiado: antes era el amor entre esposos, ahora es el amor entre madre e hijo.
Este cambio ha permitido visibilizar nuevas formas de familia. Hoy vemos más representación de madres solas por elección, familias homoparentales, redes de crianza. La maternidad ya no está atada solo al matrimonio ni a la biología. Eso es un avance.
Pero también hay otra cara: ahora se espera que la madre lo sea todo. Que sea feliz, presente, amorosa, fuerte, sin descanso ni dudas. Se ha desplazado el foco, pero no siempre se han aligerado las exigencias.
La publicidad sigue mostrando madres perfectas. No por error, sino porque las marcas quieren asociarse a emociones positivas. Una editora lo resume así: “No mostramos madres agotadas. Queremos transmitir calidez y felicidad”. ¿El resultado? Un modelo de maternidad que no permite fallar, ni flaquear, ni decir “no puedo más”.
La maternidad, como cualquier experiencia humana, es compleja. Tiene momentos de alegría inmensa, pero también de frustración, miedo y cansancio. Es tiempo de mostrar todo el abanico. De dejar espacio para la duda, el error y la diferencia.
Porque detrás de cada imagen idealizada hay muchas historias reales que no se cuentan. Historias como la de Marta. Como la de tantas mujeres que hacen lo mejor que pueden, aunque no siempre sonrían en la foto.
¿Y a ti? ¿Qué imágenes de la maternidad te hubiera gustado ver cuando empezaste este camino?