Psicóloga Zarina Regino Venegas

Psicóloga Zarina Regino Venegas Atención psicológica con Técnicas en Psicoterapia Ericksoniana, Cognitivo-Conductual y Terapia Sistémica

Experiencias como ésta, son las que me llenan como profesional 💎 gracias, gracias, gracias!
27/07/2025

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20/07/2025
Esta semana, hablaremos sobre otro exponente de la psicoterapia moderna. Uno que en lo personal, es de mis favoritos y a...
14/07/2025

Esta semana, hablaremos sobre otro exponente de la psicoterapia moderna. Uno que en lo personal, es de mis favoritos y admiro mucho su trabajo.

Milton Hyland Erickson nació el 5 de diciembre de 1901 en Aurum, Nevada, Estados Unidos. Fue un reconocido médico psiquiatra e hipnoterapeuta estadounidense que, pese haber sufrido durante toda su vida terribles dolores esto no le impidió tener una destacada trayectoria profesional.
Erickson insistió mucho en el papel que juega el inconsciente. El enfoque de Milton Erickson a la hora de hacer psicoterapia era muy poco convencional para la época, incluso para los mismos hipnoterapeutas. Su método es tan especial y llamativo que se ha constituido como una rama independiente al resto de disciplinas que usan la hipnosis, denominándose “hipnosis ericksoniana”. Él creía que la mente subconsciente siempre estaba escuchando y, por tanto, era posible comunicarse con ella incluso cuando el sujeto no estaba en trance. Así pues, todas sus técnicas terapéuticas estaban dirigidas a llegar hasta esa parte de la mente, de manera indirecta y sin despertar resistencia en el paciente.

Fuente: Milton H. Erickson: biografía de este investigador de la hipnosis. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/biografias/milton-h-erickson

Por .i
02/07/2025

Por .i

28/06/2025

Los sábados en el consultorio tienen su propio ritmo. La ciudad parece moverse en cámara lenta y el sol entra distinto por las ventanas, como si supiera que ese día se respira de otra forma. La primera paciente llegó puntual, con su conversación intensa, su mirada directa y esa mezcla entre vulnerabilidad y valentía que tanto admiro. Salió casi diez minutos después de la hora —porque a veces cuando algo importante se dice, no hay cronómetro que valga—, y yo me preparé para recibir a la siguiente.

Pero no llegó.

Pasaron cinco, diez, quince minutos. Silencio. Revisé el celular como quien revisa una promesa no cumplida. Nada. Ni un mensaje, ni una excusa, ni siquiera un emoji culpable. Nada.

Y ahí estaba yo, con una hora libre que no pedí, en medio de una jornada que aún no terminaba. Después de ella, tenía tres citas más. Lo cual hacía que este respiro inesperado se sintiera raro. No era descanso. Era… pausa. Una pausa sin música, sin explicación.

Me quedé sentada en el consultorio, en silencio, con mi café aún tibio. Al principio, hice lo típico: revisé correos, contesté mensajes pendientes. Pero después me rendí. Cerré el celular y miré alrededor.

La luz entraba por las persianas blancas con una delicadeza que pocas veces me doy tiempo de notar. La planta del rincón —esa que siempre creo que se me va a morir— tenía una hoja nueva, chiquita, verde brillante. Me reí. Tal vez mi falta de atención es justo lo que la está ayudando a sobrevivir.

Entonces me puse a imaginar. ¿Qué habría pasado con mi paciente? ¿Se le atravesó algo urgente? ¿Tuvo un momento de claridad tipo película de domingo y decidió que ya no necesita terapia? ¿O simplemente se quedó dormida después de una semana agotadora, como quien por fin se rinde al cansancio?

Cualquiera que fuera la razón, su ausencia me trajo una presencia que no siempre escucho: la mía. Me descubrí cómoda en mi propio espacio. Miré mis libretas, mis libros, la silla vacía frente a mí. Pensé en todo lo que normalmente no pienso porque estoy ocupada pensando en los demás.

Y así, entre sorbos de café y pensamientos sueltos, caí en cuenta de algo: no fue una hora perdida. Fue una hora en la que nadie me necesitó, y eso, en esta profesión, a veces es un regalo disfrazado.

A las 11:22, justo cuando me disponía a ponerle título mental a esta experiencia (“Meditación improvisada en tres actos y una hoja nueva”), sonó el timbre. Mi siguiente paciente llegó, con sus palabras esperando turno.

Respiré hondo, me estiré un poco, sonreí.
La pausa terminó. El día seguía. Y yo también.

-Berenice Amador-

El proceso psicoterapéutico es un viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal, donde el terapeuta acompaña al pac...
26/06/2025

El proceso psicoterapéutico es un viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal, donde el terapeuta acompaña al paciente en la búsqueda de soluciones a sus problemas y en la construcción de una vida más plena y saludable ✨️😊

Los elementos clave para que fluya un proceso terapéutico son: ♦️ Colaboración; en el que paciente y terapeuta trabajan ...
17/06/2025

Los elementos clave para que fluya un proceso terapéutico son:
♦️ Colaboración; en el que paciente y terapeuta trabajan de la mano para lograr objetivos.
♦️ Autoconocimiento; la persona aprende sobre sus patrones de pensamiento, emociones y comportamientos.
♦️ Cambio; en el que se promueve el desarrollo de nuevas habilidades y estrategias para afrontar sus situaciones que generen problemas.
♦️ Bienestar; se busca mejorar la calidad de vida y salud mental de paciente.

Es un viaje cortado a tu medida, donde se busca comprender y transformar lo que se necesite, fomentando un mayor bienestar y una vida más satisfactoria 😉

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