21/07/2025
DE MAESTROS A «MAESTROS»
«Tú, eres tú propio maestro, tu propio sanador, tu propio líder… Si sigues a otros es para que te ayuden a recordar quién realmente eres».
🌱 No sigas a nadie: el Maestro eres tú
Muchos de mis escritos de años pasados nacieron de la ignorancia, de quien pretende enseñar, por seguir a veces la “guía de maestros”.. y sobre todo con destinatarios. Me guiaba el ego, el miedo del mundo que veía y la necesidad de hacer algo. Pero no es buen consejero. No sabe de paz, ni de amor, ni de respeto. Fueron textos, que no eran falsos, pero sí espejos rotos de mi búsqueda externa.
Releyendo “Siddartha”, porque he aprendido o quizá desaprendido, comprendo hoy que “lo que para uno es sabiduría, para otro puede ser necedad”. Por eso nadie puede darte la verdad. Porque no hay una sola. Hay tantas como almas, como caminos, como errores por cometer.
“Tú ya sabes, amigo, que de joven, cuando vivía con los ascetas en el bosque, llegué a creer que debía desconfiar de las doctrinas y los profesores, y darles la espalda. No he cambiado de opinión. He tenido muchos maestros desde entonces, pero la sabiduría no es comunicable. El saber se puede transmitir, pero la sabiduría no. Se puede encontrar, vivir, sostener, incluso hacer milagros con ella… pero no explicar ni enseñar.”
Siddartha. Herman Hesse
Hoy, entiendo que cada cual sigue su camino, como Govinda y Siddartha, y que todo sucede cuándo y cómo debe. Que nada puede llegarte si no estás listo. Por eso hoy escribo desde la libertad, sin destinatario ni deseos. Comparto mis reflexiones para quien resuene con ellas, sin ganancia – como la entendemos en el mundo -, sin reconocimiento ni necesidad de seguidores.
El conocimiento se puede comunicar, pero no la sabiduría. Esta se encuentra, se vive, se experimenta.
Siddartha. Herman Hesse
Vivimos en un mundo donde proliferan los gurús, los maestros espirituales, y nuevas doctrinas, prometedoras, que dicen tener la respuesta a nuestro dolor, confusión y sed de trascendencia. Y es natural querer respuestas. Pero lo esencial no se enseña, no se impone ni se transmite por repetición. Lo esencial se descubre. Lo esencial se vive.
🌱 La experiencia es eso, haber vivido, y es la que transforma.
Pero ahí está la pereza, uno de los siete pecados capitales. Esa negligencia, honda y peligrosa, que impide qué vivas tu historia personal -cómo la llama Paulo Coelho en El Alquimista.
Esa pereza que te lleva a renunciar a ti mismo, al silenciar tu voz interior y aceptar, sin cuestionar, la interpretación de otros como verdad propia. Esa por la que no cuestionas, y optas siempre por la comodidad, porque según tú ya eres muy zen, por qué no hay crisis.
Esa con la que aceptas como verdad lo que te incomoda menos, y sigues el camino de todos, pero nunca el tuyo. La que hasta te hace parecer más «elevado» qué aquél que se cuestiona y quizá llegue a ser sabio porque ha aprendido a encontrar, con la guía de la señales del universo. Pero antes entendió qué, como Siddhartha: “que tenía que pecar para poder vivir de nuevo… que donde está el pecado, allí también está el camino…que tenía que experimentar la desesperación… que descender hasta las ideas más necias, hasta los sentimientos más bajos, para poder volver a nacer.”
🌱 El verdadero maestro no está afuera, hoy lo entiendo.
Siddhartha abandona a su padre, a los ascetas, a los sabios, al mismísimo Buda. ¿Por qué? Porque entendió que cada experiencia es única, que la vida no se aprende por delegación, y que ninguna sabiduría heredada puede reemplazar el fuego del encuentro interior.
Todos hemos tenido maestros y Maestros – que así se proclaman -, que explican las enseñanzas de manera exhaustiva y minuciosa pero desde su propia óptica Y esto es necesario hasta que comprendes que estás listo para lograr tu propia interpretación.
Pero el verdadero maestro incita, no detiene. No se apropia de la verdad como una posesión, porque comprende lo más esencial: que el espíritu habla a cada uno y desde uno. Que no hay una sola interpretación. Que si no hay resonancia interior, no hay entendimiento, ni libertad, ni milagro.
“Una verdad sólo se puede pronunciar con palabras si es unilateral. Y unilateral es todo lo que se puede expresar con pensamientos: todo lo incompleto, todo lo que carece de unidad. El mundo mismo, lo que existe en nuestro interior y alrededor, jamás es unilateral.”
Siddartha. Herman Hesse
Cualquier doctrina enseñada a través de palabras divide, crea opuestos (cielo e in****no, bien y mal, Sansara y Nirvana), y eso ya es una simplificación. La experiencia espiritual auténtica, en cambio, es integradora, total, ambigua, vasta, viva. No puede caber en ningún discurso.
🌱 El peligro de proclamarse maestro
Cuando hay una persona se proclama “maestro espiritual”, ya está actuando desde el ego. Quien realmente está en el camino del despertar no busca guiar a otros, mucho menos dirigirlos. Porque comprende que cada uno debe ser y hacer debe hacer su propio viaje, y que interferir con propias, fórmulas o robadas, es quitarle al otro su oportunidad de descubrimiento interior.
Se puede ser maestro en ciencias, en artes… pero no en espíritu. «De los maestros prefiero sus hechos, no sus palabras. Su vida me dice más que sus oraciones».
Una palabra verdadera, pronunciada sin intención de enseñar, puede iluminar más que todo un curso. Porque la sabiduría está en la resonancia interna que despierta a quien escucha, no en el discurso del que habla. Por eso, el verdadero maestro no guía: inspira. No explica: encarna. No da respuestas: provoca preguntas.
Quien se autodenomina maestro está más cerca del poder que de la sabiduría. El verdadero guía no necesita seguidores: su ejemplo habla en silencio. El verdadero maestro no enseña, acompaña. Y aún así, el aprendizaje nunca será por lo que diga, sino por lo que se despierta en cada uno.
Muchos “seguidores” han sufrido abusos – emocionales, económicos, incluso sexuales – de parte de personas que se aprovecharon de la vulnerabilidad espiritual de otros. La historia está llena de estos líderes que seducen y controlan. La trampa es siempre la misma: la promesa de salvación externa. Pero lo que sana no es lo que alguien nos dice, sino lo que uno descubre en el vacío, en el error, en la soledad, en el silencio.
🌱La única certeza: tu camino
Caminar en soledad no significa estar solo, sino encontrarte. Significa dejar de buscar afuera las respuestas que sólo se revelan con tu propia vida. Nadie puede ahorrarte el duelo, ni la ruptura, ni el cansancio.
La verdad no se reconoce, se siente. Se expande en el cuerpo, se reconoce en la calma que deja. No viene con aplausos, ni con slogans, ni con la imagen de un iluminado. Es tan sencilla, tan honesta, que a veces da miedo por su desnudez. Y es tuya.
Ojalá no sigas a nadie, ojalá no repitas palabras ajenas como si fueran mantras sagrados. Ojalá no le des tu poder a quien se lo adjudica. Comprende que tu dolor es tu maestro. Tu cuerpo es tu oráculo. Tu vida es tu doctrina.
Escucha con respeto, pero duda. Acompáñate de otros, pero no dependas. Cree, si quieres, pero siempre revisa, porque lo único sagrado es tu libertad. Y sólo, cuando asumas el riesgo de encontrarte sin caminos, comenzarás verdaderamente a dar tus propios pasos.
Cada quien tiene que intuir, descubrir los significados que una doctrina ofrece, no importa si eso toma días o años. Y eso es precisamente lo que muchas doctrinas ofrecen: acortar el tiempo, invalidar tu proceso. Te darán respuestas antes de que hagas las preguntas, mapas antes de que te pierdas.
🌱Sin perderte, nunca hallarás nada. Eso es cruzar el desierto.
La espiritualidad, cuando es auténtica, no crea dependencia. No necesita que te hagas miembro de nada, no otorga títulos ni da curriculum y cuando se experimenta te das cuenta de que no necesitas nada de eso. El verdadero camino empieza el día que te preguntas ¿Qué he esperado que otro me diga, negándome al silencio que me permitirá escucharme?
El mayor acto de madurez espiritual es dejar de seguir, de repetir, y empezar a encarnar y a vivir con coherencia.
No necesitas intermediarios entre tú y tu alma. El maestro no está afuera. El maestro eres tú. Jesús, Buda…al que quieras nombrar, vive en ti. Se manifiesta en tu experiencia. Se muestra en tus errores, en tu dolor, en tu propio perdón, en tu luz, en el Amor que compartes.
🌱Ahí, está todo.
"Si sigues a otros es para que te ayuden a recordar quién realmente eres".
Post author
De terehergom.