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Día de cirugías y castraciones a macho con carcinoma testicular.Cotiza sin compromiso.
07/09/2025

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27/08/2025

Buen día 😊

27/08/2025
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Búscala en tu hogar y elimínala🔍

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Rabia canina
25/08/2025

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Se busca dueño. Info inbox
22/08/2025

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06/08/2025

Durante el asedio de Leningrado, cuando el hambre y el frío cobraban vidas a diario, un gato llamado Vaska se convirtió en el salvador inesperado de una familia. No era un héroe de uniforme, sino uno de cuatro patas, ojos atentos y garras silenciosas.

Cada mañana, salía a cazar. Su dueña, una mujer de mirada firme y manos gastadas por el invierno, lo esperaba con su hija en brazos. Con lo que Vaska traía —un ratón, un pájaro, a veces apenas un puñado de plumas— preparaban un guiso para sobrevivir un día más. Él se sentaba junto al fogón, observando con paciencia. Por las noches, dormían los tres bajo una misma manta, compartiendo calor y silencio.

Un día, antes de que sonaran las alarmas, Vaska comenzó a maullar y a correr inquieto por el apartamento. Su dueña lo entendió sin palabras: tomó lo poco que tenía y corrió al refugio con su hija. Minutos después, las bombas cayeron. El gato los había salvado otra vez.

Durante todo el invierno y la primavera, la mujer recogía migas para atraer aves. Y Vaska, ya flaco y silencioso, seguía cazando con una precisión sorprendente. Durante meses, su instinto alimentó a las dos mujeres que lo miraban como a un ángel peludo caído del cielo.

Cuando el bloqueo terminó, y la ciudad volvió lentamente a la vida, su dueña jamás olvidó. Aun con comida en la mesa, el mejor trozo era siempre para él. Lo acariciaba con ternura y repetía: “Nos salvaste.”

Vaska murió en 1949. Fue enterrado como un miembro más de la familia, con una cruz y un nombre: Vasily Bugrov. Años después, la mujer fue sepultada junto a él. Luego, su hija también.

Hoy, los tres descansan bajo la misma tierra. Como en aquellos días de invierno, bajo la misma manta que los unió para siempre

Gracias por la confianza. Todos con excelente resolución.
03/08/2025

Gracias por la confianza. Todos con excelente resolución.

Cesárea de urgencia por parto distócico.
01/08/2025

Cesárea de urgencia por parto distócico.

24/07/2025

Triaditis felina

La triaditis felina es una enfermedad que engloba tres patologías inflamatorias concomitantes que afectan al hígado, páncreas e intestino delgado. Es una patología típica de la especie felina debido a las características específicas de la anatomía hepatobiliar en esta especie y a la proximidad de los tres órganos implicados. Existen varios estudios que describen la relación, frecuente en gatos, entre la enfermedad hepática inflamatoria, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y la pancreatitis. Los signos clínicos pueden ser variables e inespecíficos, por lo que el diagnóstico de la triaditis depende de la confirmación de la presencia de inflamación en cada uno de los tres órganos implicados. Por lo tanto, si se diagnostica alguna de las patologías anteriores, es importante comprobar la afectación de los demás órganos. Aunque las pruebas diagnósticas habituales pueden sugerir la presencia de triaditis, es necesario tomar una biopsia para su estudio histopatológico y así emitir un diagnóstico definitivo.

🙀Etiología y fisiopatología
La anatomía del sistema hepatobiliar felino se caracteriza porque en la mayoría de los gatos (> 80%), el conducto pancreático y el conducto biliar se unen en un único conducto final, que desemboca en el duodeno. Aproximadamente un 10-20% de los gatos presentan un conducto pancreático accesorio que no confluye en el conducto biliar común y desemboca en el duodeno de forma independiente. Se cree que esta estrecha comunicación que existe entre el hígado, el páncreas y el duodeno, es uno de los factores que predispone a los gatos a la inflamación concomitante de estos tres órganos. Otro factor a tener en cuenta es la alta carga bacteriana del duodeno felino, que contiene 100 veces más bacterias que el de la especie canina.
Por lo tanto, un solo episodio de vómitos con origen en uno de estos órganos, puede dar lugar a reflujo de las secreciones duodenales y, de este modo, permitir la entrada de bacterias al hígado y páncreas.

✍Enfermedad inflamatoria intestinal
La etiología de la EII es muy compleja y la respuesta final implica diversos factores inflamatorios. Aunque hasta ahora se pensaba que era una enfermedad multifactorial, en la actualidad se considera que el mecanismo principal de la EII es una respuesta inmune inadecuada a los antígenos alimentarios o bacterianos presentes en la mucosa gastrointestinal. Este infiltrado inflamatorio provoca cambios en la mucosa (por ejemplo, atrofia de las microvellosidades, hipertrofia de las criptas), resultando en un síndrome de maldigestión y malabsorción.

✍Colangitis
Aunque antes este grupo de patologías se denominaba colangiohepatitis, hoy en día el grupo de medicina hepática de la Asociación Mundial de Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales (WSAVA) sugiere que el término colangitis es más apropiado, ya que la enfermedad es primordialmente del árbol biliar.
La enfermedad inflamatoria hepática tiene dos presentaciones principales; la forma neutrofílica (anteriormente denominada supurativa), y la forma linfocítica (antes denominada linfoplasmocitaria o no supurativa).
La colangitis neutrofílica forma parte del complejo triaditis, con un infiltrado que es, como su nombre indica, en su mayor parte neutrofílico. Puede ser el resultado de una infección bacteriana ascendente desde el tracto intestinal.
En la colangitis linfocítica, el infiltrado es principalmente linfoplasmocitario; aunque la etiología no está totalmente aclarada, se barajan dos posibilidades: un origen inmunomediado o la evolución de una colangitis neutrofílica crónica.

✍Pancreatitis
La pancreatitis crónica es frecuente en gatos y está involucrada en la triaditis. Se cree que la etiología de la enfermedad es inmunomediada, aunque en algunos casos, el origen puede estar en una infección bacteriana ascendente. La inflamación presente en la pancreatitis crónica es principalmente linfocítica, y con frecuencia, se acompaña de fibrosis y atrofia acinar.

🙀Signos Clínicos
Aunque la triaditis felina compromete a tres órganos diferentes, los signos clínicos pueden sugerir la afectación de un solo órgano, si bien, los signos gastrointestinales como vómitos o diarrea son frecuentes.
La pancreatitis crónica en los gatos suele ser asintomática o producir cambios muy sutiles, por lo que normalmente en el momento de diagnóstico de triaditis suele existir sintomatología compatible con EII, con colangitis o con ambas.
Los signos clínicos más habituales de EII son la diarrea y vómitos crónicos, a menudo acompañados de pérdida de peso. Por lo general, la enfermedad es más común en gatos adultos o de edad avanzada, aunque también se ha descrito en gatos de apenas 1 año.
Por lo tanto, por la edad no debe descartarse la enfermedad.
Los signos clínicos pueden ser leves o graves, y la presentación aguda es factible pero menos frecuente. Mientras que los gatos con colangitis pueden presentar sintomatología similar a la EII, la ictericia es característica de la enfermedad y la principal razón por la que el propietario lleva a su gato al veterinario.
Los signos clínicos pueden variar en función de si es neutrofílica o linfocítica, aunque normalmente se superponen ambas formas.
Como se ha señalado, la pancreatitis crónica en los gatos suele ser una enfermedad asintomática o con síntomas muy leves o inespecíficos (anorexia, letargia). Es importante recordar que, al contrario que en perros, el vómito no es el hallazgo clínico más común de la pancreatitis felina. Aproximadamente, sólo 1/3 de los gatos presentan vómitos.
La pancreatitis crónica puede evolucionar a una insuficiencia pancreática exocrina (IPE).
En este caso aparecen heces voluminosas, pérdida de peso y polifagia.
En resumen, la triaditis puede manifestarse con cualquiera de los signos clínicos descritos anteriormente y siempre se debe considerar como un posible diagnóstico cuando el gato presente una pérdida crónica de peso, vómitos, diarrea o ictericia.

🙀Diagnóstico
Si se identifica cualquiera de las tres patologías que forman el complejo triaditis, se debe continuar investigando para detectar posibles enfermedades concomitantes. El diagnóstico de EII se realiza muchas veces por exclusión, por lo que se requiere descartar otras causas de enfermedad gastrointestinal crónica (como, por ejemplo, parasitosis, diarrea que responde al alimento o al antibiótico, infección por protozoos o bacterias, neoplasia, etc.)

🙀Exploración física
La exploración física puede ser bastante inespecífica, pero puede observarse deshidratación, mala condición corporal y mal aspecto del pelo. Hallazgos más específicos pueden ser la presencia de inflamación de las asas intestinales (EII), ictericia, hígado firme a la palpación y aumentado de tamaño (más común en la colangitis linfocítica) y dolor abdominal, aunque este último es más difícil de identificar en los gatos.
La exploración física puede ser de poca relevancia en las formas más leves de la enfermedad. Análisis de sangre, o***a y heces Las pruebas diagnósticas iniciales deben incluir hemograma, bioquímica, urianálisis y análisis coprológico.
Pruebas más específicas incluyen la medición de los niveles de ácido fólico y cobalamina, inmunorreactividad de la lipasa pancreática felina (fPLI), factores de coagulación (tiempo de protrombina (TP) y tiempo de tromboplastina parcial (TTP)), así como tripsina inmunorreactiva felina (fTLI) en algunos casos.

✍Hemograma
Con frecuencia se aprecia anemia no regenerativa leve, típica de enfermedad crónica. La anemia microcítica e hipocrómica indica pérdida crónica de sangre y deficiencia de hierro, y se da en ocasiones, en casos de EII y colangitis. A veces se observa neutrofilia (en algunos casos muy marcada).

✍Bioquímica
La panhipoproteinemia es mucho menos frecuente en el gato que en el perro con EII y está, según la experiencia de la autora, generalmente asociada a un estado más avanzado de la enfermedad. Con frecuencia, las enzimas hepáticas están elevadas cuando existe enfermedad extrahepática (por ejemplo, pancreatitis o EII) y por lo general, aún más elevadas si hay enfermedad hepatobiliar (colangitis). Por tanto, suele ser frecuente encontrar aumentos de la alanina aminotransferasa (ALT) y de la fosfatasa alcalina (ALP). Es útil medir la gamma glutamil transferasa (GGT) pues su valor suele aumentar antes que el de la ALP en gatos y es, por lo tanto, un indicador más sensible de la presencia de coléstasis.
En los gatos con anorexia se puede observar un leve aumento de la bilirrubina; sin embargo, si el origen de la bilirrubinemia es una enfermedad hepatobiliar el aumento es más marcado. La amilasa y la lipasa son indicadores muy poco fiables de pancreatitis felina, por lo que no son de utilidad para el diagnóstico.

✍Urianálisis
El urianálisis permite descartar la presencia de otras enfermedades concomitantes posibles (diabetes mellitus, cistitis bacteriana), y comprobar la presencia de bilirrubina, que siempre es un hallazgo patológico en el gato.

✍Análisis coprológico
El análisis coprológico forma parte del procedimiento diagnóstico de las patologías digestivas, por lo que es una prueba imprescindible en cualquier gato que presente pérdida de peso o diarrea crónica. En el estudio coprológico debe valorarse la presencia y número de huevos de parásitos, Giardia e incluso realizar un coprocultivo.
En los gatos con signos de diarrea de intestino grueso, se debe realizar una prueba de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para descartar la infección por Tritrichomonas fetus.

✍Ácido fólico y cobalamina
La malabsorción de estas dos vitaminas puede darse en casos de EII e IPE, por lo que es importante medir sus niveles séricos en una muestra tomada en ayunas, ya que la falta de estas vitaminas puede producir anemia y disfunción inmune.

✍fPLI La fPLI
Es un marcador mucho más preciso y específico de pancreatitis que la fTLI (utilizada anteriormente). El test cuantitativo está disponible en la actualidad en muchos laboratorios. Además, existe una versión comercial semi-cuantitativa para uso en la clínica, que muestra una buena correlación con los resultados de laboratorio. Aunque la sensibilidad del test en general (es decir, su capacidad para detectar la enfermedad) es excelente (100%) en las formas severas y moderadas de pancreatitis, es importante resaltar que esta sensibilidad puede descender al 54% en las formas leves, por lo que el diagnóstico puede pasarse por alto en las pancreatitis leves. Además, la especificidad no es tan buena en gatos con signos de pancreatitis pero con un páncreas normal. Por lo tanto, es importante contrastar siempre los resultados de la prueba fPLI con otras pruebas diagnósticas.

✍TP/TTP
La deficiencia de vitamina K es común en gatos con enfermedad hepática o IPE debido al síndrome de malabsorción. Esto puede provocar alteración de los factores de coagulación dependientes de la vitamina K, dando lugar a coagulopatías. El sangrado espontáneo es raro, por lo que es muy importante comprobar los tiempos de coagulación antes de llevar a cabo cualquier técnica más invasiva (por ejemplo, una punción aspiración con aguja fina o una biopsia) en gatos con enfermedad hepática.

✍fTLI La fTLI
Continúa siendo la prueba de referencia para el diagnóstico de IPE. Se debe realizar siempre que los signos clínicos sugieran la presencia de una insuficiencia pancreática exocrina.

Diagnóstico por imagen

El diagnóstico por imagen es muy útil para el diagnóstico de triaditis ya que permite obtener información muy valiosa antes de decidir si se van a realizar procedimientos diagnósticos más invasivos. Además, en función de la prueba realizada, se pueden tomar muestras para su estudio citológico o histopatológico. Mediante la radiografía de abdomen se pueden descartar otros diagnósticos diferenciales como obstrucción, neoplasia o colelitiasis, e incluso puede ser sugestiva en casos de pancreatitis aguda. Sin embargo, la ecografía es especialmente útil, ya que permite la evaluación de los tres órganos implicados en la triaditis, y puede ayudar a confirmar el diagnóstico. Si el gato padece EII la ecografía permite evidenciar el engrosamiento de la capa muscular del intestino con o sin presencia de linfadenopatía abdominal.
Las capas de la pared intestinal por lo general se mantienen intactas. Sin embargo, la falta de hallazgos patológicos en la ecografía no descarta la presencia de EII.
El linfoma es el diagnóstico diferencial más importante, siendo imposible descartar su presencia exclusivamente con la ecografía.
Las alteraciones ecográficas apreciadas en gatos con colangitis incluyen la presencia de un hígado hipoecogénico difuso con vasculatura portal prominente, aunque es más común observar cambios en el árbol biliar, tal como engrosamiento de la pared de la vesícula biliar, barro biliar o colelitiasis.

La dilatación del conducto biliar común puede observarse en casos de obstrucción biliar extrahepática (en ocasiones también en casos de pancreatitis) o de inflamación del árbol biliar.
Una vez más, la ausencia de hallazgos anormales no excluye la presencia de la enfermedad hepática. La pancreatitis crónica es difícil de identificar mediante ecografía ya que los cambios pueden no manifestarse o ser inespecíficos (páncreas nodular o irregular, parénquima heterogéneo). Un páncreas aumentado de tamaño, hipoecogénico con una apariencia reactiva (hiperecogénica) de la grasa que le rodea, así como la presencia de efusión abdominal normalmente local, puede ser indicativo de pancreatitis aguda.

✍Citología

Los métodos mínimamente invasivos para la toma de muestras (por ejemplo, la punción aspiración con aguja fina (PAAF) para la evaluación citológica), no son útiles para el diagnóstico de la EII, colangitis o pancreatitis. La PAAF del hígado sin embargo, puede ser útil para identificar otras patologías como la lipidosis hepática o el linfoma. Cuando se sospeche de colangitis lo recomendado es tomar una muestra de bilis para su cultivo, con el fin de identificar el posible origen bacteriano. En un estudio se demostró que el cultivo de bilis permite detectar más bacterias que el cultivo de masa hepática (falsos negativos), siendo por tanto preferible realizar el cultivo de bilis.

✍Histopatología

El diagnóstico definitivo de las tres entidades requiere del diagnóstico histopatológico. Existen diferentes métodos de toma de muestras, y el veterinario debe ser consciente de las ventajas y limitaciones de cada una. Normalmente, el patrón inflamatorio observado en la EII es de tipo linfoplasmocitario, sin embargo, también se pueden encontrar formas granulomatosas o eosinofílicas.
En casos de etiología infecciosa, se observa un infiltrado neutrofílico. Diferenciar una inflamación linfoplasmocitaria de un linfoma linfocítico puede resultar difícil, por lo que habitualmente se recurre a técnicas diagnósticas específicas como la inmunohistoquímica. La biopsia hepática es útil para el diagnóstico de colangitis. A veces es difícil diferenciar entre la forma neutrofílica y la linfocítica cuando se observa un patrón de inflamación mixta.
El diagnóstico de la pancreatitis requeriría la histopatología, pero el significado clínico de los cambios observados no siempre es claro y se debe tener cuidado con la interpretación de los resultados.

Autora: DVM, PhD, Dipl. ACVIM Isabelle Cattin

24/07/2025

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🦠 Parvovirosis Canina: Qué es y cómo prevenirla

La parvovirosis es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta principalmente a cachorros y perros jóvenes. Es causada por el parvovirus canino tipo 2, y ataca principalmente al sistema digestivo, provocando vómitos intensos, diarrea con sangre, fiebre y letargo. En casos graves, puede ser letal en pocos días si no se trata a tiempo.

🧪 El virus se transmite por contacto con heces infectadas, objetos contaminados o incluso por el calzado de las personas.

✅ ¿Cómo prevenirla?

🐶 Vacunación oportuna: Es la principal forma de prevención. Los cachorros deben iniciar su esquema de vacunación desde las 6-8 semanas de edad.

🧼 Higiene extrema: Mantener limpio el espacio del cachorro y desinfectar con productos específicos.

🚫 Evitar contacto con perros desconocidos o lugares públicos antes de completar el esquema de vacunación.

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