
02/07/2025
La voz, el útero y la sexualidad están íntimamente conectados en el cuerpo de la mujer. Al explorar la anatomía, podemos ver sorprendentes similitudes entre las cuerdas vocales con la v***a, y la laringe con el útero.
Estas semejanzas no son casualidad. Reflejan una profunda relación energética y emocional que existe entre nuestra voz, nuestra capacidad reproductiva y nuestra expresión sexual.
Las cuerdas vocales ubicadas en la laringe vibran para producir sonidos. Son dos pliegues musculares recubiertos por una fina mucosa, que se tensan y destensan creando variaciones tonales.
Incluso en la respiración vemos un paralelismo. Para producir la voz se requiere una adecuada inhalación y soporte diafragmático. En la relación sexual, la respiración profunda también es esencial para conectar con nuestra energía vital.
Cuando la voz fluye libremente se refleja una sexualidad abierta, empoderada y en contacto con nuestro núcleo. Pero cuando se reprime o distorsiona, se manifiestan desequilibrios en la intimidad y los ciclos reproductivos.
Problemas como quistes uterinos, miomas, menstruaciones dolorosas o endometriosis suelen estar relacionados con bloqueos en la garganta y dificultad para expresarnos.
Sanar estas áreas requiere integrar la voz, la sexualidad y lo femenino profundo. Al liberar la voz con sonidos, cantos y vocalizaciones, podemos flexibilizar las tensiones de la pelvis y desbloquear traumas reprimidos.
Gritar, reír a carcajadas, cantar a todo pulmón, son actos catárticos que liberan oxitocina, las hormonas del amor y el placer.
Sanar la relación con nuestro cuerpo reproductor y nuestra expresividad sexual, nos permite hablar y actuar concreatividad y empoderamiento.
La conexión entre nuestras cuerdas vocales y nuestro útero representa el puente perfecto entre lo interno y lo externo. Entre la creación y el nacimiento. Entre lo privado y lo público.
A través del sonido podemos manifestar y dar a luz aquello que vibra en nuestra esencia, trayendo al mundo tangible nuestra verdad más íntima.