06/08/2025
Si hubiera sabido que los hijos mueren ,te habria construido un 🏯 castillo blindado para que la muerte jamás te hubiera alcanzado.
Si hubiera sabido que los hijos mueren hubiera pausado mi vida en este instante.
Si hubiera sabido que tendrías alas de ángel hubiera construido unas 🪽 alas para irme contingo .
Si hubiera sabido que te irías tal pronto , hubiera empacado mi vida en tu 🛄 maleta de viaje . 😪
Enterrar a un hijo es enterrar una parte del alma.
Es caminar con el corazón hecho trizas, sosteniendo un cuerpo que alguna vez reíste, abrazaste, cuidaste… y que ahora, en silencio, se despide para siempre.
No hay palabras que consuelen, ni tiempo que cure del todo.
Porque no es el ciclo natural, porque la vida se equivocó de orden, porque los padres deberíamos partir primero.
Se entierra el cuerpo, pero el amor no.
Ese se queda…
se queda en las paredes de la casa, en los recuerdos que duelen, en la ropa que aún huele a infancia o juventud,
en cada “te quiero” que ya no podrá decirse,
en cada abrazo que se quedó esperando.
La vida sigue, dicen.
Pero para quien ha perdido un hijo, la vida ya no es igual.
Se aprende a sonreír con los ojos tristes,
a caminar con una herida abierta,
a agradecer lo vivido… aunque haya sido tan breve.
Porque cuando un hijo muere, no solo se va una vida, se va también una parte del futuro que soñábamos.
Y aunque duela, aunque queme, aunque parezca imposible, se honra su memoria viviendo con amor… y recordando que, aunque ya no esté aquí, vivirá por siempre en el rincón más profundo del corazón.
Tu hijo siempre será una parte de ti, un destello de luz que te guiará. Sigue su luz y encuentra paz en la certeza de que tu amor fue, es y será la fuerza más poderosa
Con el tiempo, el dolor no desaparecerá, pero aprenderás a vivir con él, a llevarlo como un recordatorio del amor que nunca se irá.