
02/09/2025
Desde pequeños nos enseñaron muchas veces hasta sin palabras que había que complacer, que no debíamos defraudar, que estar disponibles para los demás era más importante que escucharnos a nosotros mismos. Crecimos creyendo que decir “sí” era sinónimo de ser buenos, valiosos, aceptados.
En la adultez ese hábito muchas veces nos pasa factura: decimos que sí aun cuando estamos cansados, sobrecargados o cuando sabemos que eso nos roba paz.
Quiero recordarte algo con mucho amor: no estás obligada a decir que sí. Poner un límite no significa rechazar al otro, significa reconocerte también como alguien digno de cuidado.
Decir NO es un acto de amor propio, es un gesto de compasión hacia ti misma. No se trata de dejar de ayudar o de ser indiferente, sino de mirar con honestidad y preguntarte: ¿cómo este si me afecta ?
Recuerda que cuando eliges decir NO a lo que te sobrecarga, en realidad estás diciendo SÍ a tu tranquilidad, a tu salud emocional y a tu equilibrio.
Ancla tu mente en este pensamiento: escoger tu paz nunca será egoísmo, es una forma de auto- cuidado.
Psicóloga Angélica Elizabeth 🦋