03/10/2023
* IDENTIDAD:
La pregunta más importante del mundo, base de todo acto maduro, es: ¿Yo quién soy? Porque conocerte a ti mismo es fundamental.
Para despertarse, el único camino es la observación. El irse observando uno a sí mismo, sus reacciones, sus hábitos y la razón de por qué responde así. Observarse sin críticas, sin justificaciones ni sentido de culpabilidad ni miedo a descubrir la verdad; es conocerse a fondo.
Si tienes problemas es que estás dormido. La vida no es problemática. Es el yo (la mente humana) el que crea los problemas.
Cuestiónalo todo y saca la realidad que hay detrás de los cuestionamientos. El día en que sientas el vacío de quedarte sin nada a qué agarrarte, ¡buena señal! Entonces ya puedes comenzar a construir con realidad.
El yo no está bien ni mal, no es bello ni feo, inteligente ni estúpido. El yo es, simplemente. Indescriptible, como el espíritu. Todas las cosas —como tus sentimientos, pensamientos y células— vienen y van. No te identifiques con ninguna de ellas. El yo no es ninguna de ellas.
Lo que llamas yo no eres tú, ni eres tampoco tu parentela, ni tu padre ni tu madre, porque eres hijo de la vida.
La espiritualidad es la que intenta solucionarte. Busca solucionar el problema del yo, que es el que está generando los problemas que te llevan al psicólogo y al psiquiatra. La espiritualidad va directamente a la raíz, a rescatar tu yo, el auténtico, que está ahogado por barreras que no lo dejan ser libremente.
Si sintieras o miraras, o te sentaras y tomaras contacto contigo mismo, llegarías al silencio, y las cosas te serían reveladas.
Cuidar de ti mismo es una actitud egoísta y autosuficiente, saludable en sus resultados. Aprende a vivir en forma plena, humana y feliz cada día.
La vida es muy importante para ser desperdiciada en el ansia de ser rico, famoso o de buena presencia, popular, bello; o en el pavor de ser pobre, desconocido, ignorado o feo. El valor de tu vida es incalculable.
Nadie más podrá mantener tu yo fuera de ti y decir: "Mejórese, sométase, obedezca, y le daré su propio yo." Ya no crees en que otro tenga el poder de darte tu propio yo, ni de tomarlo de ti. ¿Sabes lo que significa no sentirse nunca más molesto ni receloso? Esto es una perla de inestimable valor.
Vivir desidentificados es vivir sin apegos, olvidados del ego, que es el que genera egoísmos, deseos y celos, y por el cual entran todos los conflictos.
Fuente: "Lo Mejor de Anthony de Mello"