20/10/2025
Muchas personas se preguntan por qué una mujer que sufre violencia vuelve con su agresor… y la respuesta no es simple. No es porque “le guste” o porque “no quiera salir”, sino porque la violencia psicológica deja marcas profundas.
Cuando alguien vive maltrato constante, su mente y su cuerpo entran en modo supervivencia. Se mezclan el miedo, la culpa, la esperanza y la confusión. El agresor suele alternar momentos de violencia con otros de cariño (ciclo de violencia) o arrepentimiento, creando lo que la psicología llama un vínculo traumático: un lazo emocional muy fuerte que se forma entre el dolor y el alivio.
Además, muchas mujeres desarrollan lo que se conoce como síndrome de la mujer maltratada, un estado en el que la autoestima está tan dañada que se llega a creer que no hay salida, que “así son las cosas” o que el cambio es posible si ella se esfuerza más.
A eso se suman factores reales: miedo, dependencia económica, hijos, falta de apoyo o miedo a no ser creídas. Todo esto hace que dejar la relación no sea una decisión, sino un proceso.
Una mujer intenta irse en promedio siete veces antes de separarse definitivamente. No porque no quiera salir… sino porque salir de la violencia requiere tiempo, apoyo y comprensión, no juicio.
Las personas que atendemos a mujeres en situación de violencia nos debemos formar en el tema, así nuestra ayuda, desde la comprensión y el conocimiento, podremos apoyar de manera eficaz .
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