11/05/2025
"Todo empezó cuando le di la oportunidad… aunque no me gustaba."
Escucho esto con frecuencia en consulta.
Y no, no se trata solo de "dar una oportunidad".
Se trata de ceder ante el miedo al vacío.
¿Por qué a veces decidimos iniciar una relación con alguien que no nos atrae, no nos inspira o no nos mueve emocionalmente?
Porque en lo profundo hay una idea distorsionada:
"Es mejor estar con alguien que estar solo."
Pero esa elección, más que amor, es evasión.
Es una forma de decirnos: "prefiero no estar conmigo."
-¿Qué estoy evitando cuando elijo lo que no quiero?
-¿Por qué temo tanto a la soledad?
-¿Qué significa para mí ser elegido?
-¿Cómo espero ser buena compañía para otro si me estoy evitando a mí mismo?
Este tipo de relaciones suelen producir más vacío emocional que la misma soledad, porque nos "desconectan" de nuestra realidad, esa que no queremos afrontar. La solución no está en el otro.
Está en construir un vínculo sano contigo mismo y que no dependa de la validación externa.
“¿Quieres que te aprecien? Empieza por apreciarte tú.” - Epicteto
No estás aquí para ser medio de nadie.
Ni para tapar huecos afectivos ajenos.
Estás aquí para relacionarte desde la elección consciente, no desde la necesidad afectiva.
“No es libre quien teme a la soledad, sino quien hace de sí mismo un hogar.”