
15/02/2024
Como hacemos nuestros jabones?
La saponificación es un proceso químico en el cual los triglicéridos (las moléculas que componen las grasas) reaccionan con una base (compuesto alcalino, con pH alto), como la sosa caustica, dando como resultado la formación de jabón y glicerina. En el proceso que se denomina como “en frio”, los aceites y la sosa se mezclan hasta completar la reacción, se vierte la mezcla en moldes y se dejan “curar” los jabones por hasta 6 semanas, para mejorar su textura y hacerlos más durables.
El uso de la sosa caustica en el proceso de saponificación suele causar confusión, hay quienes evitan los jabones saponificados buscando opciones “libres de sosa”, pero la realidad es que estos jabones, aunque se formulan con sosa, no tienen sosa en su composición final.
Un jabón correctamente formulado, contiene una proporción de aceite y sosa adecuada para que toda la sosa reaccione y se agote, dejando incluso una cantidad extra de aceite (que se conoce sobre engrasado) que además de darnos la seguridad de que la sosa se consumirá completamente, da humectación a la piel, mejorando el sensorial del producto final.
Todos nuestros jabones tienen un sobre engrasado del 10% por lo que son sumamente humectantes y suaves con la piel.
El resto de los beneficios depende de manera directa de los activos del jabón los cuales se seleccionan acorde a la intención con la que fue formulado.