Código del exito

Código del exito Los comportamientos de las personas exitosas se pueden aprender
y se pueden reproducir. Con ellos, lograras el éxito en todo lo que te propongas.

Con Yo soy – ¡Me acaban de reconocer como uno de sus fans destacados! 🎉
20/04/2025

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DÍA 71
AL PONER A LOS DEMÁS ANTES QUE A MÍ, SIEMPRE PROSPERO. AL PONER A LOS DEMÁS ANTES QUE A MÍ, CAMBIO EL MUNDO Y YO SOY FELIZ”.

LA LEY DE LA INFLUENCIA La Tercera Ley Estratosférica del Éxito que aprendemos al leer Dar para Recibir, es la Ley de la Influencia: Tu influencia está determinada por la medida en la que antepones los intereses de los demás a los tuyos. En Dar para Recibir, el personaje principal, Joe, tiene problemas entendiendo cómo el poner los intereses de otras personas primero puede ser una ley del éxito. Su mentor, Pindar, le explica rápidamente: "Si antepones los intereses de los demás a los tuyos, siempre verás satisfechos tus propios intereses. Siempre. Hay quien llama a esto el iluminado interés propio. Cuida lo que necesitan los demás, confiando que cuando lo hagas, obtendrás lo que necesitas tú." Aun así, se le dificultaba a Joe entender lo que Pindar le dice. Y por una buena razón. Tal actitud se ve extraña en un ambiente donde el dinero, el poder y los logros han sido tradicionalmente las características de influencia. Pero como le explicó Pindar, el tener dinero, poder y logros no te hace influyente. El ser influyente es lo que atrae el poder, el dinero y la habilidad para lograr lo que deseamos en la vida. El razonamiento detrás de esto es muy sencillo. Sin embargo, para entenderlo, primero debemos reconocer que estamos cableados para enfocar nuestra atención hacia nosotros mismos. Nuestro interés propio es un músculo emocional que hemos ejercitado a diario y como tal, es el músculo más fuerte que tenemos, con respuestas reflejo que se están rápidamente aligerando. Cuando consideramos que durante toda nuestra infancia y niñez, se nos cubren casi todas nuestras demandas, nuestra preocupación del “yo” puede entenderse fácilmente. En un estudio científico que se llevó a cabo hace varios años, los investigadores grabaron conversaciones entre niños de seis años y sus mamás. Los pronombres más utilizados por los niños eran “Yo”, “mi”, y “nosotros”. El “tú” estaba básicamente reservado a frases comando tales como “Tú has esto (para mi)”. Cuando consideramos el entrenamiento que recibimos de niños bajo la tutoría de nuestros padres – desde la infancia hasta los seis años – casi siempre nos centramos en el “yo”. Es fácil entender porqué, cuando llegamos a la pubertad, el estar centrados en el “yo” es una inclinación natural, es inconsciente. Cuando nos enfrentamos a una circunstancia que requiere que elijamos entre nuestro propio interés y el interés de los demás, nuestra respuesta automática es la de elegirnos a nosotros mismos; como al inhalar y al exhalar, no tenemos ni que pensar. Es una respuesta natural y esperada. Por otro lado, el poner los intereses de otra persona antes que los nuestros, es algo que tenemos que elegir conscientemente. Primero, debemos elegir dejar de lado nuestros propios intereses y deseos a favor de otra persona, y entonces debemos de vencer el deseo natural de elegir lo que deseamos. El vencer una inclinación natural no es fácil. Trata de aguantar tu respiración hasta que te desmayes, por ejemplo, y verás que rápido cada parte de tu ser trata de regresar a la normalidad. Esto es lo que sucede cuando tratamos de dejar el “yo” a un lado, parece como si aguantamos la respiración y nuestra inclinación inmediata es la de darnos por vencidos, respirar y regresar al modo de auto-preservación. Ya que tenemos que vencer nuestras tendencias naturales de auto-preservación cuando elegimos anteponer los intereses de los demás a los nuestros, estamos haciendo algo realmente extraordinario y automáticamente nos hace resaltar. Debido a que el elegir complacer a los demás antes que a nosotros es tan poco común, el decidir poner nuestro “yo” a un lado nos hace individuos excepcionales, y como individuos excepcionales, nuestra habilidad para influenciar a los demás se incrementa automáticamente. Si dudas esto, piensa en la gente que ha influido en tu vida. ¿Han influido en tu vida al decirte que eres importante para ellos, o convenciéndote que eres importante para ellos? ¿Te han tocado emocionalmente de alguna manera al hablar de ellos mismos? ¿O al hablar de ti, de tus necesidades y tus preocupaciones? ¿Te han hecho sentir miedo al incrementar el poder de alguna persona que percibías como enemigo, haciéndote sentir demasiado débil para defenderte, o te han hecho sentir esperanzado al revelarte lo poderoso que eres por ti mismo? Toma cualquier libro que hable de cómo ser un buen conversador y pronto aprenderás que el ser un excelente conversador no consiste en recitar datos y hechos, sino hacer que los demás hablen de ellos. La clave para ser influyente es la misma. Dile a alguien que lo que quieres que ellos hagan te beneficiará, o beneficiará a tu familia, o beneficiará a tu compañía, o beneficiará a tu país y te pondrán muy poca atención. Muéstrale a alguien que lo que quieres que haga le beneficiará, y seguramente te lo ganarás. Esta ley funciona universalmente, ya sea que la apliques con tu vecino, tu jefe, tu hijo o hasta tu mascota; en el momento que muestres los beneficios que el otro recibirá, te vuelves una persona de influencia. Un becerro indisciplinado y una joven doncella mostraron esta lección al filósofo Norteamericano del Siglo 19, Ralph Waldo Emerson. Como lo escribió en su diario, Emerson y su hijo Edward estaban tratando de meter al becerro en el establo. El becerro se resistía a entrar. Emerson apretaba los músculos y empujaba desde atrás, tratando de empujar al becerro hacia adelante. Mientras el padre empujaba, el hijo tomaba al becerro del cuello y trataba de jalarlo hacia el establo. Aunque los dos hombres estaban determinados, el becerro no cedió. Mientras ellos empujaban y jalaban y trataban de hacer que el animal hiciera lo que no quería hacer, la sirvienta de Emerson miraba desde lejos como los dos hombres perdían la batalla en contra de esta tonta bestia. Finalmente, ella se acercó al becerro y calladamente puso su mano en la boca del becerro. El becerro chupó los dedos de la muchacha, mientras ella, gentilmente lo llevaba adentro del establo. La mayoría de nosotros somos como el becerro. Hasta podría decirse que somos tercos. No nos pueden empujar o jalar o aleccionar para que hagamos algo que no queremos hacer. Si nos quieren motivar, primero tendrán que hacernos entender porqué sería benéfico para nosotros el movernos. Y la mejor forma de hacer esto, es anteponiendo sus intereses a los nuestros. Cuando entendemos que alguien se preocupa por nosotros, como el becerro con la jovencita, la mayoría de nosotros lo seguirá sin preguntar. Sin embargo, mientras guíes, es importante entender que el poner los intereses de otra persona antes que los tuyos no significa hacer de cuidador, sino de socio. Aunque rara vez se ve así, el rol del cuidador tiende a ser dominante, donde una persona ejerce cierto control sobre otra. Aun si el control se considera favorable para el que está siendo cuidado, el hecho es que las acciones tomadas generalmente son la decisión del cuidador, como la actitud de la sirvienta que guió al becerro a donde ella quería. Por otra parte, el ser una sociedad es tener consideración y respeto. En este rol, los intereses de la otra persona deben de ir primero de forma genuina. Entonces, ¿cómo me beneficia el anteponer los intereses del otro? Para responder a eso, primero veamos las palabras finales de la explicación de Pindar a Joe: " Cuida lo que necesitan los demás, confiando que cuando lo hagas, obtendrás lo que necesitas tú." Lo que damos, regresa a nosotros multiplicado. Esta es una ley universal fundamental y como la ley de la gravedad, no falla. No es que a veces funcione y a veces no. Siempre funciona. Cuando ponemos a los otros antes que a nosotros, esencialmente dándonos a ellos, entonces, lo que hemos dado se nos dará de regreso. El Universo nos regresará lo que queremos, lo que necesitamos, lo que soñamos y lo que deseamos con todo el corazón. No sucede porque estemos siendo extraordinariamente desinteresados. Sucede porque al trabajar por el beneficio de otros, estamos trabajando con la ley de manera que eventualmente nos beneficiará a nosotros. El anteponer a los otros es tanto un asunto de fe y confianza, como un asunto de ganas de dar. Pero a medida que comenzamos a comprender que cada partícula de energía que enviamos al mundo se va a reflejar en nosotros, nos damos cuenta que el anteponer a la otra persona es un acto tan egoísta como es desinteresado. Al anteponer a los demás, nos estamos armonizando con la ley espiritual y la alineación con el flujo universal. Al dar de nosotros estamos asegurando que se nos dará. Al buscar vivir y trabajar en sociedad con nuestros semejantes, involucramos tanto a la Ley de la Influencia como a la Ley de Oro. Todos queremos ser el primero. Todos queremos creer que importamos. Todos queremos sentir que lo que decimos y pensamos y hacemos es importante. Cuando elegimos ponernos, aun por un momento, en los zapatos del otro y le damos el regalo de anteponerlo a nosotros, dejándolo saber que nos importa y que lo que dice y piensa y hace es importante, estamos siguiendo la Regla de Oro al pie de la letra. Y estamos haciendo una diferencia importante en el mundo. Es más, nos estamos convirtiendo en individuos extraordinarios que no solo influimos en las personas a nuestro alrededor, sino en el mundo entero.
LA ACCIÓN DEL DÍA: Lee tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos. Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite "Con Dios por Testigo declaro: hoy SOY poderoso, hoy SOY valiente, hoy SOY fuerte, hoy ESTOY libre de miedos, hoy TRIUNFO en todo lo que hago, hoy PROSPERO y VIVO cada momento de este día abrazando mi verdadera naturaleza, SIENDO la persona que estoy destinada a ser. ESTA ES MI VERDAD." Lleva siempre en tu bolsa o cartera la tarjeta que escribiste con estas líneas para que la puedas leer cuando sientas dudas o cuando tengas miedo. Y como antes, cada vez que repitas esta afirmación, repite las palabras con la mayor emoción y sentimiento posible, dedicándole cuando menos un minuto a imaginar cada aspecto de tu vida como lo quieres. Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso. Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones. Lee todas las bendiciones que llegan por correo electrónicos. Tus bendiciones están haciendo una diferencia. El leer las respuestas te dará la oportunidad de verlo por ti mismo. A las peticiones de tus compañeros que elegiste, vas a dedicar algo de tiempo cada día, cuando menos durante los siguientes seis días bendiciendo a las personas involucradas en esas peticiones. Mándales una pequeña nota cada día, durante esos siete días, a las personas que hayas elegido avisándoles que los estás cubriendo de bendiciones y que estás imaginando que todo lo mejor les sucede.
EL PENSAMIENTO DEL DÍA: "Si quieres vivir una larga vida, enfócate en contribuir a los demás."
LA AFIRMACIÓN DEL DÍA: AL PONER A LOS DEMÁS ANTES QUE A MÍ, SIEMPRE PROSPERO. AL PONER A LOS DEMÁS ANTES QUE A MÍ, CAMBIO EL MUNDO Y YO SOY FELIZ”.

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11/03/2025

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DÍA 69 (11)
“TOMO LA RIQUEZA DE LA VIDA A MI ALREDEDOR PORQUE EL UNIVERSO ES ABUNDANTE Y LOGRO VIVIR, AHORRAR Y SERVIR.”

SOBREVIVE, AHORRA, SIRVE Cerca del principio del libro, “Dar para Recibir”, los lectores son presentados con Rachel, una mujer joven que trabaja con Pindar y que tiene el talento para hacer una extraordinaria taza de café. Rachel, nos dicen, creció en un vecindario pobre y comenzó a trabajar para ayudar a mantener a su familia cuando era muy jovencita. Cuando llegó a una edad adulta, había trabajado haciendo de todo, desde limpiar casas hasta trabajar de albañil con una gran variedad de trabajos entre esos dos. El lector descubre que mientras que, por supuesto, hubieron trabajos que disfrutó más que otros, Rachel tuvo éxito en cada uno de sus trabajos por un factor primordial: tomó cada trabajo que tuvo como si lo amara. Ella logró esto recordándose que el trabajo le daba la oportunidad de sobrevivir, ahorrar y servir. Pindar le explica a Joe, que sobrevivir, ahorrar y servir son las tres razones universales por las que se trabaja. Sobrevivir – trabajamos para satisfacer nuestras necesidades básicas. Ahorrar – trabajamos para ir más allá de la supervivencia y para expandir nuestro mundo. Servir – trabajamos para hacer una contribución al mundo alrededor de nosotros. "...la mayoría de la gente pasa toda su vida concentrándose en la primer razón," le explicó Pindar. "Un grupo más pequeño, se centra en la segunda. Pero sólo unos cuantos que realmente son exitosos, no solo desde el punto de vista económico, sino genuinamente exitosos en todos los aspectos de sus vidas – mantienen la mirada fija exclusivamente en la tercera." Aquellos que sirven a su prójimo son recompensados de igual manera. Entre más damos a los demás, más regresa a nuestras vidas. Es prácticamente una ley de la naturaleza. Los que son verdaderamente ricos, en toda la extensión de la palabra, no sólo dan más porque tienen más sino porque entienden que es la forma de continuar teniendo más. Entienden cómo funciona la vida. Entienden que los que ayudan a los que necesitan ayuda – donando dinero, tiempo, energía o experiencias – viven vidas más largas, más felices y más llenas de riqueza. Entre más ayudan, más reciben. Winston Churchill dijo una vez, "Nos ganamos el pan con el dinero que ganamos, pero nos ganamos la vida con lo que damos." No importa cuánto creas que el dinero va a mejorar tu vida, el tener más no te va a hacer más feliz. Tienes que vivir una vida significativa para lograrlo. Y si no te has dado cuenta todavía, el tener dinero no es un requisito para vivir una vida significativa. En la plática que dio en la ceremonia de graduación para los graduados de la Universidad Villanova en 1999, la escritora Anna Quindlen resaltó lo siguiente al recordar un encuentro que tuvo con un hombre que ella llegó a considerar como uno de sus más grandes maestros. He aquí una parte de lo que les dijo: "Era diciembre, y estaba yo escribiendo una historia acerca de cómo sobrevive la gente de la calles los meses invernales. El y yo nos sentamos en la orilla de los soportes de madera, colgando los pies por el lado y me habló de lo que hacía, pidiendo limosna en el boulevard cuando las multitudes del verano habían desaparecido, durmiendo en una iglesia cuando las temperaturas bajaban más allá de cero grados, escondiéndose de la policía en medio de “El Pulpo” y “El Ciclón”, y de algunos otros juegos mecánicos. Pero me dijo que la mayor parte del tiempo se la pasaba en el malecón, de frente al agua, de la forma en la que estábamos sentados ahora, aun cuando hacía mucho frío y tenía que ponerse los periódicos después de leerlos. Y le pregunté por qué. ¿Por qué no iba a alguno de los refugios? ¿Por qué no se registraba en un hospital para desintoxicarse? Y solo miró hacia el océano y me dijo, 'Mira esto, jovencita. Mira esta vista.' Y todos los días, de alguna pequeña manera, trato de hacer lo que me dijo. Trato de ver la hermosa vista. Y es lo último que tengo que decirles el día de hoy, palabras de sabiduría de un hombre sin un centavo en la bolsa, sin un lugar a dónde ir, sin nada que ser. Miren la hermosa vista. Nunca se desilusionarán. " El crear una vida próspera es un objetivo importante y valioso, y el dinero es parte de la fórmula, pero el tener un propósito más grande que el de adquirir dinero es crítico para tener felicidad, alegría y crecimiento a largo plazo. Las cosas que el dinero puede comprar no se comparan con lo que una vida con sentido puede proporcionar. Debes vivir tu vida con un mayor propósito que el de simplemente adquirir dinero – y parte de ese propósito es el de usar el dinero que adquieres para hacer una diferencia en el mundo. Es fácil, a medida que avanzamos en el experimento de la prosperidad, pensar más y más en lo que el dinero y las riquezas nos pueden proporcionar. Pero el quedarnos atrapados en buscar formas de generar más dinero en nuestras vidas puede básicamente ser perjudicial para una vida próspera. Estaríamos mejor si buscáramos experimentar la vida al máximo, permitiéndonos ser vehículos a través de los cuales todo lo bueno de la vida pueda fluir. Así, no se desperdicia ni un momento de la vida y cuando se completa, podemos voltearla a ver sin arrepentimientos, sabiendo que sobrevivimos, ahorramos y servimos de la mejor manera posible.
LA ACCIÓN DEL DÍA: Lee tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos. Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite "Con Dios por Testigo declaro: hoy SOY poderoso, hoy SOY valiente, hoy SOY fuerte, hoy ESTOY libre de miedos, hoy TRIUNFO en todo lo que hago, hoy PROSPERO y VIVO cada momento de este día abrazando mi verdadera naturaleza, SIENDO la persona que estoy destinada a ser. ESTA ES MI VERDAD." Lleva siempre en tu bolsa o cartera la tarjeta que escribiste con estas líneas para que la puedas leer cuando sientas dudas o cuando tengas miedo. Y como antes, cada vez que repitas esta afirmación, repite las palabras con la mayor emoción y sentimiento posible, dedicándole cuando menos un minuto a imaginar cada aspecto de tu vida como lo quieres. ™ Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso. Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones. Lee todas las bendiciones que llegan por correo electrónicos. Tus bendiciones están haciendo una diferencia. El leer las respuestas te dará la oportunidad de verlo por ti mismo. Lee las peticiones de algunos de tus compañeros y elige una o dos. Dedica algo de tiempo cada día, cuando menos durante los siguientes siete días bendiciendo a las personas involucradas en esas peticiones. Mándales una pequeña nota cada día, durante esos siete días, a las personas que hayas elegido avisándoles que los estás cubriendo de bendiciones y que estás imaginando que todo lo mejor les sucede.
EL PENSAMIENTO DEL DÍA: "Dormí y soñé que la vida era alegría. Me desperté y encontré que la vida era servicio. Actué y contemplé que el servicio era alegría." --Rabindranath Tagore

LA AFIRMACIÓN DEL DÍA: “TOMO LA RIQUEZA DE LA VIDA A MI ALREDEDOR PORQUE EL UNIVERSO ES ABUNDANTE Y LOGRO VIVIR, AHORRAR Y SERVIR.”

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10/03/2025

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DÍA 68 (10)
“AGRADEZCO TODO LO QUE HAY EN MI VIDA AHORA MISMO, PORQUE ME HACE CRECER Y PROSPERAR”.
DE ADENTRO HACIA AFUERA Como hemos ya discutido, la prosperidad no se trata de dinero. Sin importar los ingresos que tengamos o no, cada uno de nosotros podemos desarrollar una experiencia de verdadera prosperidad. Esto es porque el ser próspero no es una manifestación física, es un sentimiento; una perspectiva; un entendimiento profundo y un parentesco con la abundancia universal. Pero para la mayoría de nosotros, nuestra realidad financiera es parte de esa perspectiva general, y si nuestra realidad financiera está de-sincronizada por falta de dinero, entonces el sentirnos prósperos será algo difícil de hacer. Durante las últimas semanas hemos hablado mucho de cambiar nuestra forma de pensar para cambiar nuestro mundo. Cuando cambiamos la manera en la que pensamos y mantenemos un nuevo patrón de pensamiento, entonces algo se mueve y lo que antes parecía claramente imposible se mueve hacia el ámbito de las posibilidades. Sin embargo, antes de que cualquier cambio duradero pueda llevarse a cabo, tenemos que concientizarnos de nuestras creencias y emociones más profundas en cuanto a la riqueza. La mejor forma de hacer esto es entonándonos con el mundo a nuestro alrededor y honestamente preguntándonos porqué ciertas circunstancias están ocurriendo de la manera que lo están haciendo. Nuestras vidas son un espejo extraordinario de nuestro ser interior. Cuando vemos a nuestro alrededor y observamos honesta y constructivamente, sin reprendernos por lo que está sucediendo, sino simplemente reconociendo lo que es, comprendemos que lo que sucede en nuestras vidas es por una razón. Alguna dificultad o resistencia que estemos experimentando es sencillamente un mensaje de que esta es un área en la que debemos incrementar nuestra consciencia para permitir que lleguen la sanación y la transformación. Para la mayoría de nosotros hay una o dos áreas de las que recibimos las más grandes experiencias de aprendizaje. Para algunos serán las relaciones, para otros la salud, y para muchos de los que ahora estamos participando en el experimento de la prosperidad, son las finanzas. Esta es un área en la que generalmente experimentamos las dificultades más dolorosas, pasamos por las pruebas más difíciles, y donde alojamos nuestros más grandes temores. Lo que muchos no entendemos, sin embargo, es que sin importar lo difícil que parezca la situación, podemos elegir. En lugar de sentirnos desamparados y victimizados por lo que está sucediendo, podemos elegir tomar la experiencia como el proceso de sanación que realmente es. Cuando elegimos lo anterior, entonces el dolor que sea que estamos experimentando se transforma de inmediato en sabiduría en la que podemos apoyarnos de por vida.
Para cambiar de pensamientos de carencia y limitación a pensamientos de abundancia y riqueza ilimitadas necesitamos desarrollar una perspectiva de prosperidad. Lo que es aun más importante, sin embargo, es aceptar que la circunstancia, sin importar lo gris, deprimente y pobre que pueda parecer, es una invitación al cambio. Es un regalo de sabiduría, de sanación de crecimiento. Pero antes de que puedas abrir este regalo y puedas experimentar la transformación que ofrece, tienes que estar dispuesto a ver lo que realmente es. Si casi no has visto cambio en los últimos sesenta y tantos días, toma un momento para ver a tú alrededor y pregúntate lo siguiente: ¿Has estado bendiciendo tu situación actual? ¿O la has estado maldiciendo? ¿Has aceptado el lugar en el que te encuentras ahora como un escalón necesario y vital? ¿O lo estás viendo como un lugar del que quisieras escapar? ¿Has expresado tu agradecimiento por lo que tienes a tu alrededor? ¿O te has quejado porque todavía está aquí y no ha cambiado? ¿Te has preguntado qué puedes aprender de esta experiencia? ¿O te has estado enfocando en preguntar porqué no se ha ido todavía? Cuando cambies la forma de ver tu circunstancia actual, cambiará. Pero mientras persistas en verla como algo malo, algo de lo que necesitas escapar, no cambiará.
LA ACCIÓN DEL DÍA: Lee tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos. Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite "Con Dios por Testigo declaro: hoy SOY poderoso, hoy SOY valiente, hoy SOY fuerte, hoy ESTOY libre de miedos, hoy TRIUNFO en todo lo que hago, hoy PROSPERO y VIVO cada momento de este día abrazando mi verdadera naturaleza, SIENDO la persona que estoy destinada a ser. ESTA ES MI VERDAD." Lleva siempre en tu bolsa o cartera la tarjeta que escribiste con estas líneas para que la puedas leer cuando sientas dudas o cuando tengas miedo. Y como antes, cada vez que repitas esta afirmación, repite las palabras con la mayor emoción y sentimiento posible, dedicándole cuando menos un minuto a imaginar cada aspecto de tu vida como lo quieres. Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso. Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones. Lee todas las bendiciones que llegan por correo electrónicos. Tus bendiciones están haciendo una diferencia. El leer las respuestas te dará la oportunidad de verlo por ti mismo. Si así lo deseas, solicita al grupo su apoyo con bendiciones para algún problema específico.
EL PENSAMIENTO DEL DÍA: "Si estás topándote con dificultades financieras, es un reflejo que te dice que algo dentro de ti necesita ser revisado, que se necesita algún cambio. Puede ser que la sanación se requiera específicamente en el área de tu relación con el dinero o el poder, o puede ser algo totalmente diferente. Por ejemplo, podría ser un mensaje de que te necesitas alimentar más a ti mismo. Este proceso de aprendizaje interno puede o no requerir de tomar acciones externas pero siempre requiere que despiertes tu conciencia interna. Enfocado así, hasta una aparente crisis puede ser el regalo de sanación más grande de tu vida." --Shakti Gawain
LA AFIRMACIÓN DEL DÍA: “AGRADEZCO TODO LO QUE HAY EN MI VIDA AHORA MISMO, PORQUE ME HACE CRECER Y PROSPERAR”.

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09/03/2025

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DÍA 67 (09)
“PERMITO QUE LA ABUNDANCIA FLUYA EN MI VIDA Y A TRAVÉS DE ELLA YO SOY MÁS PRÓSPERO”.

¿RICO O BUENO? Para introducir la segunda Ley Estratosférica del Éxito, la Ley de la Compensación, José, el personaje principal en Dar para Recibir, es llevado a conocer a Nicole, la joven, inteligente Directora General de una empresa de software educacional. Durante su conversación inicial, José le pregunta si, en las etapas tempranas del desarrollo de su empresa, ella se preocupaba de que alguien le fuera a robar sus ideas. Nicole le responde que esto nunca cruzó su mente, pero que algo más la preocupó: "...Tenía miedo de que todo se saliera de control y de que me convirtiera realmente en alguien exitoso," Nicole le admitió a José. "Me criaron con la creencia de que hay dos tipos de gente en el mundo. Hay la gente que se enriquece, y hay la gente que hace el bien. Mi sistema decía que puedes ser de un tipo o del otro. No puedes ser de ambos. "La gente que era rica lo hacía tomando ventaja de los demás. La gente que realmente se preocupaba por los demás y que ofrecía servicios – policías, enfermeras, voluntarios y, por supuesto, maestros –esos eran los buenos en el mundo, y ellos nunca podrían ser ricos. Sería una contradicción. Cuando menos, crecí con esa creencia." Cuando José le preguntó que qué pasó para cambiar su forma de pensar, Nicole agregó: "Miré lo duro que trabajaban mis compañeros, vi la cantidad de vidas de niños que estábamos cambiando. Y entendí que mi vieja creencia solo se estaba interponiendo en mi camino. No estaba funcionando. Así es que decidí cambiarla." "¿Solo decidiste?" preguntó José. "Sí. Lo decidí." "Así es que, ¿puedes hacerlo así nada más?" dijo José. "Cualquiera puede," ella sonrió notando la mirada dudosa de José, "¿Has inventado alguna vez un cuento?" José miró alrededor de la sala de juegos/juntas. Recordó sus días del kínder y se rió. "Claro que sí. Muchos." "Tu vida funciona de la misma manera," le dijo ella. "La inventas. Ser rico o ser pobre son decisiones que tomas. Tú las inventas, aquí adentro." Dijo ella tocándose la sien con un dedo. "Lo demás es el resultado." ************************************************************ Quería compartirles esta conversación entre José y Nicole, porque si son como la mayoría de la gente, puede ser que estén teniendo una conversación igual con ustedes ahora mismo. Y puede ser que comiencen a darse cuenta que es hora de tomar una nueva decisión.
Aunque el Experimento de la Prosperidad nunca se ha tratado del dinero, como tal, sería tonto pensar que no es un componente necesario de nuestra prosperidad en general. Podemos hacer más para ayudarnos y para ayudar a los que están a nuestro alrededor cuando tenemos un flujo abundante de dinero en nuestras vidas. Así de sencillo. La pobreza del mundo nunca se eliminará con más pobreza. Se eliminará con riqueza y con una extraordinaria consciencia acerca de la riqueza. Es la única forma de acabar con ella. La Ley de la Compensación dice que nuestro ingreso está determinado por el número de personas que servimos y qué tan bien las servimos. Si encuentras la forma de impactar a millones de vidas, y estás abierto a permitir que el dinero fluya en tu vida, es muy, muy probable que tu ingreso se incrementará en proporción directa con el número de vidas que impactas. Esto no significa que tu impacto te proporcionará felicidad, seguridad o paz mental. Podrías, por ejemplo, encontrar la forma de crear una nueva arma de guerra para aniquilar a millones de personas. Puede ser que ganes mucho dinero con tu creación, pero es posible que pases una vida entera sin poder dormir en paz por haberla creado. Sin embargo, si puedes encontrar la manera positiva de impactar a millones de personas y estás abierto a dejar que el dinero entre en tu vida, es muy probable que además de que el dinero fluya en proporción directa al número de personas que impactes positivamente, tu sentido de felicidad, seguridad y paz mental también se incrementará. ¿Notas la diferencia entre el impacto y el impacto positivo? Pero el tener un impacto positivo por si solo no significa que el dinero te hará feliz. El dinero no hace feliz a nadie. Nunca lo ha hecho. Eso es porque la felicidad es un trabajo interno. Es un trabajo interno que se desarrolla, en parte, con la forma en la que te conectas con el mundo a tu alrededor. Es por esto que las bendiciones son una parte tan importante de este experimento. Cuando bendices a los demás, te sientes mejor tú porque has dado algo de ti. Entre más bendigas a la gente, más serás bendecido tú, porque te sientes mejor. Entre mejor te sientas, te sientes más feliz. Y aunque el dinero no te hará feliz, fluirá más fácilmente cuando estés feliz. Esto es, fluirá hacia ti, a menos de que sientas rechazo hacia el. Si como Nicole, tienes un miedo inicial al éxito debido a ideas retorcidas acerca de la riqueza o crees que tener dinero es malo, tendrás dificultades para atraer el dinero hasta que cambies de parecer. Y aunque creas que estás feliz, mientras mantengas este sentimiento juicioso acerca del dinero, mantendrás tus sentimientos de felicidad algo alejados. Como una pequeña mancha de tinta en una hoja blanca de papel, hasta el más pequeño juicio mantendrá a la felicidad alejada. Siempre habrá esta sensación de que algo falta. Lo que falta es la conciencia total de la abundancia en tu vida.
Si crees que el dinero es malo, sucio o problemático, o si crees que toda la gente rica en el mundo son avaros que le roban a los pobres, o algo similar, es muy probable que la riqueza se mantendrá muy alejada de ti. Nada quiere estar donde no es bienvenida. Sin embargo, si utilizas el dinero simplemente como una forma para intercambiar energías, fluirá hacia ti. Como ejemplo, miremos brevemente la vida de la Madre Teresa. Mucha gente cree que la Madre Teresa era pobre. Pero la riqueza y la pobreza no se miden por la cantidad de dinero en tu cuenta bancaria, sino por el acceso o falta de acceso que tienes a lo que necesitas en tu vida para vivirla como quieres. En su vida, la Madre Teresa directa o indirectamente impactó positivamente a millones, quizá a miles de millones de vidas. La Madre Teresa, por estándares mundiales, no era rica y el dinero nunca fue la motivación de su trabajo. Sin embargo, la Madre Teresa sabía que para ayudar a los pobres, necesitaba dinero. Así es que no odiaba el dinero. Lo veía como una útil herramienta para su trabajo diario. No era la finalidad de su trabajo, pero era un componente necesario. Basado en lo que has aprendido hasta ahora en el experimento, si te detienes a pensarlo por un minuto, te darás cuenta de que habría sido imposible para ella obtener el dinero que necesitaba para ayudar a los pobres si hubiera pensado internamente que los ricos valían menos que los pobres, o que el dinero es malo. La Madre Teresa pudo no haber sido personalmente rica, pero era, sin duda, próspera. Y utilizaba su prosperidad para hacer una diferencia en el mundo. Debido a su deseo de tocar millones de vidas con su amor y su ejemplo, el dinero fluía libremente hacia ella por parte de los que la respetaban y apreciaban su trabajo y querían ayudarla. Si no hubiera amado y respetado a los que le daban, nunca habría podido atraer el dinero que necesitaba para su trabajo. Una mente próspera no es la que solo piensa en dinero. Es una que entiende que el dinero es un medio necesario de intercambio. Los ricos no son ni mejores ni peores que cualquier otro. Simplemente aceptan dejar que el flujo de dinero entre en sus vidas. Entienden que este es un universo abundante, y aceptan la abundancia a su alrededor. Y eso hace la diferencia en cómo viven sus vidas. ************************************************************ Hoy, pregúntate qué creencias limitantes mantienes alrededor del dinero y de los que lo poseen. Escribe esas creencias como lleguen a tu mente en un pedazo de papel, arruga el papel, y colócalo en una superficie a prueba de fuego, y asegúrate de que el área esté bien ventilada. Entonces incinera el papel con un cerillo o un encendedor y mira cómo se quema. Nota a medida que el humo sube y luego se desvanece en la atmósfera, llevándose tus creencias a la nada. Mira como el papel se convierte en ceniza. Mientras
observas la transformación de papel a ceniza, piensa que las creencias escritas en el papel están siendo transformadas también. Mentalmente has una bendición y suelta las creencias limitantes que hayas escrito y mira como desaparecen. Has dejado ir tus creencias limitantes. En el futuro, si te sientes limitado de alguna manera o te das cuenta que alguna creencia aun está presente, entonces usa el TLE para soltar.
LA ACCIÓN DEL DÍA: Lee tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos. Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite "Con Dios por Testigo declaro: hoy SOY poderoso, hoy SOY valiente, hoy SOY fuerte, hoy ESTOY libre de miedos, hoy TRIUNFO en todo lo que hago, hoy PROSPERO y VIVO cada momento de este día abrazando mi verdadera naturaleza, SIENDO la persona que estoy destinada a ser. ESTA ES MI VERDAD." Lleva siempre en tu bolsa o cartera la tarjeta que escribiste con estas líneas para que la puedas leer cuando sientas dudas o cuando tengas miedo. Y como antes, cada vez que repitas esta afirmación, repite las palabras con la mayor emoción y sentimiento posible, dedicándole cuando menos un minuto a imaginar cada aspecto de tu vida como lo quieres. Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso. Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones. Lee todas las bendiciones que llegan por correo electrónicos. Tus bendiciones están haciendo una diferencia. El leer las respuestas te dará la oportunidad de verlo por ti mismo.
EL PENSAMIENTO DEL DÍA: "Si queremos que se escuche un mensaje de amor, tiene que ser emitido. Para mantener una lámpara de aceite encendida, hay que seguir poniéndole aceite." --Madre Teresa
LA AFIRMACIÓN DEL DÍA: “PERMITO QUE LA ABUNDANCIA FLUYA EN MI VIDA Y A TRAVÉS DE ELLA YO SOY MÁS PRÓSPERO”.

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