24/07/2025
Una contractura muscular es una contracción involuntaria y persistente de las fibras musculares que causa rigidez y dolor en la zona afectada, limitando el movimiento. Puede afectar diversas áreas, como el cuello, hombros, espalda y piernas, y es común en personas con estrés, malas posturas, o que realizan actividades físicas intensas.
Causas comunes de contracturas musculares:
Lesiones:
Esguinces, distensiones, o traumatismos directos pueden desencadenar contracturas como respuesta del cuerpo para proteger la zona lesionada.
Sobrecarga muscular:
Ejercicios intensos o repetitivos sin el descanso adecuado pueden provocar tensión y contracturas.
Malas posturas:
Permanecer en posiciones incómodas durante largos periodos, como trabajar frente a un ordenador, puede generar contracturas en cuello y espalda.
Estrés:
La tensión emocional puede manifestarse físicamente en forma de contracturas musculares.
Deshidratación y deficiencias nutricionales:
La falta de hidratación adecuada o la deficiencia de minerales como el magnesio pueden contribuir a la aparición de contracturas.
Síntomas comunes de una contractura:
Dolor: Puede ser agudo, localizado y empeorar con el movimiento.
Rigidez muscular: Dificultad para mover la zona afectada y sensación de tensión.
Limitación del movimiento: Reducción del rango de movimiento de la articulación cercana a la contractura.
Inflamación y dolor local: Puede haber hinchazón y sensibilidad en la zona afectada.
Tratamiento y prevención:
Descanso:
Evitar actividades que agraven el dolor y permitir que el músculo se recupere.
Fisioterapia:
Terapias como masajes descontracturantes, estiramientos, y técnicas de relajación pueden ayudar a aliviar la tensión y mejorar la movilidad.
Calor o frío:
Aplicar calor o frío en la zona afectada puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación.
Ejercicios de estiramiento:
Realizar estiramientos suaves y regulares puede ayudar a prevenir la rigidez.