
08/03/2025
La soledad no siempre es una cuestión de estar físicamente solo. A veces, la peor soledad es la que se siente en medio de una multitud, o peor aún, en una relación que carece de conexión y significado.
Estamos condicionados a creer que la felicidad y la plenitud provienen de estar en una relación o de tener una gran cantidad de amigos.
Sin embargo, la realidad es que la calidad de esas relaciones es mucho más importante que la cantidad.
Una relación vacía, sin comunicación, sin intimidad, sin conexión emocional, puede ser más aislante que la soledad misma. Porque en la soledad, al menos, tenemos la libertad de ser nosotros mismos, de reflexionar, de crecer.
Pero en una relación sin sustancia, nos sentimos atrapados, vacíos, sin propósito. La conexión humana es fundamental para nuestra salud emocional y mental, pero solo si es una conexión genuina, basada en el respeto, la empatía y la comprensión.
Debemos aprender a valorar la calidad de nuestras relaciones, a buscar conexiones que nos nutran, que nos hagan sentir vistos, escuchados y apreciados. Debemos aprender a estar solos sin sentirnos vacíos, y a estar en relación sin perder nuestra identidad.
La verdadera paz y felicidad no provienen de estar acompañados, sino de estar en armonía con nosotros mismos y con los demás.
Debemos buscar la conexión, la intimidad, la comunicación, y sobre todo, debemos aprender a amarnos y a respetarnos a nosotros mismos.
Valeria López Padilla
Créditos a su autora.