07/10/2025
EL ÁCIDO LÁCTICO SE ACUMULA CUANDO HAY FALTA DE OXÍGENO EN EL METABOLISMO
El ácido láctico es un subproducto natural del metabolismo celular, especialmente durante la actividad física intensa o en situaciones donde el cuerpo no recibe suficiente oxígeno. En condiciones normales, las células obtienen energía mediante un proceso llamado respiración aeróbica, en el cual la glucosa se descompone en presencia de oxígeno para generar ATP, la principal fuente de energía celular. Sin embargo, cuando el suministro de oxígeno es insuficiente —como ocurre durante el esfuerzo físico extremo o en ciertos estados patológicos—, el organismo recurre a la fermentación láctica, un mecanismo alternativo que permite continuar produciendo energía.
Durante este proceso, la glucosa se transforma en piruvato, que al no poder ingresar a la mitocondria por falta de oxígeno, se convierte en ácido láctico. Este compuesto se acumula temporalmente en los músculos y en la sangre, provocando la sensación de ardor, fatiga y rigidez muscular característica después de un ejercicio intenso.
Contrario a la creencia popular, el ácido láctico no es un desecho tóxico, sino una fuente de energía reutilizable. Una vez que el oxígeno vuelve a estar disponible, el cuerpo convierte el ácido láctico nuevamente en piruvato, que puede ser empleado por las mitocondrias para generar energía o transportarse al hígado, donde se transforma en glucosa mediante el ciclo de Cori.
Sin embargo, cuando la acumulación de ácido láctico es excesiva y sostenida —como puede suceder en enfermedades cardíacas, pulmonares o metabólicas graves—, se produce una acidosis láctica, una condición potencialmente peligrosa que altera el equilibrio ácido-base del organismo y requiere atención médica inmediata.
El equilibrio entre la producción y eliminación del ácido láctico es fundamental para el rendimiento físico y la salud metabólica. Un entrenamiento regular mejora la eficiencia del cuerpo para utilizar oxígeno y metabolizar el lactato, reduciendo la fatiga y aumentando la resistencia.
En definitiva, la presencia de ácido láctico refleja la capacidad adaptativa del organismo ante la falta de oxígeno. Es el resultado de un mecanismo de emergencia que, lejos de ser perjudicial, permite mantener la energía activa en momentos de alta demanda, demostrando la sorprendente flexibilidad metabólica del cuerpo humano.