18/01/2024
“Después de muchas caídas, yo descubrí que, a veces, cuando todo sale mal, acontecen cosas tan maravillosas que jamás habrían pasado si todo hubiese salido "bien".
Yo percibí que cuando me amé de verdad pude comprender que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta. Entonces pude relajarme… pude percibir que el sufrimiento emocional es una señal de que estoy yendo contra mi verdad.
Paré de desear que mi vida fuera diferente y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye para mi crecimiento. Desistí de querer tener siempre la razón y con eso me equivoqué muchas menos veces.
Desistí de quedarme reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Eso me mantiene en el presente, que es donde la vida acontece.
Descubrí que en la vida uno tiene que dejarse llevar, porque los tropiezos son inevitables. Percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la pongo al servicio de mi corazón, ella se torna una gran y valiosa aliada.
También percibí que sin amor, sin cariño y sin verdaderos amigos la vida es vacía y se torna amarga. Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y periodos de crisis. Es agradecer a Dios en cada mañana por el milagro de la vida.
¿Piedras en el camino? Las guardo todas, un día voy a construir un castillo…”
Escritor Mario Quintana