07/06/2025
Una cesárea no es una “salida fácil”.
Es una cirugía mayor.
Es medicina en su máxima expresión.
Es otra forma —igual de válida, igual de valiente— de nacer..
No es solo “abrir y sacar al bebé”.
Es cruzar ocho capas.
Ocho defensas anatómicas que el cuerpo ha tejido con perfección para proteger la vida que crece adentro.
Cada una debe ser enfrentada con técnica, respeto… y responsabilidad.
—
1. Piel
La primera línea.
Donde empieza todo.
La incisión puede ser baja y horizontal (tipo Pfannenstiel) o vertical, si la urgencia lo exige.
2. Grasa subcutánea
Debajo de la piel, la grasa es disecada con precisión para evitar sangrados y facilitar el acceso.
3. Fascia
La envoltura fibrosa que protege la musculatura abdominal. Aquí se corta firme, con estrategia.
4. Músculo
No se corta, se separa.
Los músculos rectos abdominales se abren delicadamente para permitir el avance, sin dañarlos.
5. Peritoneo parietal
Una membrana fina, translúcida. Se abre con suavidad, como quien conoce lo que hay detrás.
6. Peritoneo visceral
Cubre directamente al útero. Aquí, cada movimiento cuenta.
7. Útero (miometrio)
La barrera más poderosa.
Una incisión en su pared da paso al momento más esperado: el nacimiento.
8. S**o amniótico
La cuna líquida del bebé. Romperlo es abrir la puerta a la vida.
—
Y después… todo comienza de nuevo.
Capa por capa.
Tejido por tejido.
El cuerpo se reconstruye con la misma paciencia con la que fue abierto.
—
Una cesárea no es una “salida fácil”.
Es una cirugía mayor.
Es medicina en su máxima expresión.
Es otra forma —igual de válida, igual de valiente— de nacer.
—
La información aquí compartida es educativa. No reemplaza una consulta médica presencial. Si tienes dudas sobre tu salud o embarazo, acude a tu profesional de confianza.