Laboratorio Bioquimic de los altos, Tepatitlan.

15/07/2025

15/07/2025

11/07/2025

27/06/2025

25/06/2025

Este órgano no solo da vida. También da poder.

Lo que ves en esta imagen es mucho más que una estructura anatómica. Es el corazón del sistema reproductor femenino: el útero, las trompas de Falopio y los ovarios. Juntos, componen una red de tejidos capaces de crear, nutrir y transformar.

En el centro, el útero: una cavidad pequeña, silenciosa… pero capaz de sostener el milagro de una nueva vida. Con paredes musculares que laten al ritmo de cada ciclo, este órgano es testigo de los cambios hormonales, del dolor, de la espera y, a veces, del renacer.

A su lado, las trompas de Falopio: dos delicadas vías por donde viajan los sueños de ser madre. Y más allá, los ovarios: pequeñas glándulas que cada mes liberan una posibilidad, una esperanza, una semilla. Son también fábricas de hormonas que modelan el cuerpo, las emociones, la piel, el deseo, la fuerza.

Este sistema no solo es funcional. Es profundamente simbólico. Representa la capacidad de resistir, de adaptarse, de sentir. Es testigo del primer ciclo y del último. De la fertilidad y del duelo. De la transformación y la sabiduría.

Cada mujer lleva dentro esta arquitectura perfecta, compleja y hermosa. Y aunque muchas veces se le ha silenciado, patologizado o minimizado… hoy la ciencia, la medicina y la sociedad están aprendiendo a mirarla con el respeto y la admiración que merece.

Porque entender el aparato reproductor femenino no es solo conocer su fisiología.
Es reconocer su poder.
Es honrar su historia.
Es celebrar lo que significa ser mujer.

23/06/2025

23/06/2025