23/03/2024
Los patógenos (virus, bacterias) son como los villanos microscópicos que causan enfermedades en nuestro cuerpo, mientras que los inmunógenos (vacunas) son como los héroes que ayudan a nuestro sistema inmunológico a reconocer y combatir a esos villanos. Sus efectos han sido muy buenos que hoy en día las infecciones ya no suelen ser un problema tan grave con lo son las enfermedades crónicas (por ej. diabetes, hipertensión, cáncer, enfermedad coronaria, etc.) pues hoy son las principales causas de muerte, junto con accidentes debidos a comportamientos inadecuados (por ej. accidentes de transito). Por eso hoy podemos hablar de patógenos conductuales y de inmunógenos conductuales. Los patógenos conductuales son aquellas conductas que hacen a uno más susceptible a la enfermedad (Matarazzo, 1984a, 1984b). Por ejemplo, fumar, el sendentarismo, la mala alimentación, beber alcohol, etc. Los inmunógenos conductuales son aquellas conductas que reducen el riesgo a la enfermedad (Matarazzo, 1984b). Uno de los mejores ejemplos de inmunógenos conductuales se ve en 7 conductas de salud (Breslow y Enstrom, 1980): 1) dormir de 7 a 8 horas; 2) desayunar casi todos los días; 3) tres comidas al día, sin picar entre ellas; 4) mantener el peso corporal dentro de los límites normales; 5) practicar ejercicio físico regularmente; 6) uso moderado del alcohol o no beberlo; y, 7) no fumar. Estas conductas ya no suelen generarse de forma natural. Hay que desarrollarlas, adquirirlas, inocularlas, aprenderlas, condicionarlas. Busca un psicólogo de la salud.