14/04/2025
¿Alguna vez has corrido con fuerza para poner a salvó tu vida o tu integridad física dándote cuenta después que no recuerdas cómo llegaste a donde llegaste? Esa huida es el producto del estrés que te ocasiona dicha situación de riesgo.
El estrés es la respuesta natural a la producción de cortisol (hormona del estrés) que, a su vez, ocasiona que el hígado produzca una gran cantidad de glucosa y que se distribuye a todo el cuerpo por la sangre proporcionando la energía que sirve como motor para huir del peligro. Tal como cuando los primeros humanos pasaban gran parte de su existencia poniendose a salvo de un animal feroz o de un desastre natural.
Hoy el estrés es un problema de salud mental con alto indice de prevalencia a nivel mundial, pero sus causas ya no son solo la necesidad de salvaguardar la vida, ahora son sociales. Cómo el exceso de trabajo, los conflictos maritales, la falta de dinero, la violencia o, la comida.
La comida resulta ser uno de los estímulos más estresantes actualmente. Las conductas alrededor de la forma de alimentarnos son la manera más fácil de atentar contra nuestra salud mental; sentir culpa por comer es una de ellas.
La comida nos estresa, y ese estrés hace que se segregue glucosa, lo cual es natural, pero esa glucosa no se convierte en energía por lo que no se libera, se queda, se acumula y el resultado es que el tan anhelado objetivo de bajar de peso no se alcanza. Pero también nos estresa comer algo que "no debemos", comer en horarios que "no debemos", comer la cantidad "que no debemos"; y así vamos por la vida creyendo que comer es un acto que boicotea nuestra apariencia deseada.
No hay acto más autolesivo que sentir culpa por comer, y no hay obstáculo más grande para lograr llegar al peso deseado que sentir estrés por comer.
Seamos respetuosos con nosotros, seamos respetuosos con nuestro cuerpo; restringir solo castiga, comer con culpa sólo lastima; que comer sea la última razón que nos provoque estrés, porque huir no será posible.
Beatriz Maza