21/07/2025
El Jardín de las Estatuas Vivientes
Cuando heredé la vieja casona de mi tía abuela, lo primero que noté fue el extraño jardín de estatuas en el patio trasero. Doce figuras de piedra, perfectamente dispuestas en círculo. Demasiado realistas para ser simples esculturas.
La abogada que me entregó las llaves evitó mirar hacia allí. "Nunca las cuentes después del anochecer", musitó antes de irse.
La primera noche, desperté con crujidos secos que venían del jardín. Al asomarme, vi que las estatuas habían cambiado de posición. Ahora todas miraban hacia mi ventana.
Decidí grabarlas con mi cámara. Al revisar la grabación, mi sangre se heló: en el video, las estatuas parpadeaban. Y justo antes de que la batería se agotara, capté cómo la más cercana a la casa movía lentamente los dedos.
Esta mañana encontré huellas de tierra que iban desde el jardín hasta el umbral de mi habitación. Y al contar las estatuas al atardecer...
Había una más.
La número trece tiene mi rostro, con una expresión de terror perfectamente tallada. Y cada noche que pasa, su posición está un metro más cerca de caer al pozo del jardín...