29/10/2025
Los hijos introyectan los modelos vinculares que observan en la infancia.
No aprenden amor a través del discurso, sino de la experiencia afectiva que se repite frente a ellos.
Cuando un niño presencia vínculos donde el amor se confunde con la indiferencia, la sumisión o el sacrificio,
esas vivencias se inscriben en su aparato psíquico como representaciones del amar.
Y en la adultez, tenderá a repetir inconscientemente esas configuraciones, buscando en sus parejas aquello que le resultó familiar, aunque haya sido doloroso.
Por eso, elegir separarte cuando el vínculo se volvió sufrimiento no es una huida, sino un acto de reparación psíquica y amor intergeneracional.
Interrumpes la transmisión del amor ligado al sacrificio y ofreces a tus hijos un nuevo modelo interno:
el amor como cuidado, verdad y reciprocidad emocional.
Comenta “transformación” si estás lista para aplicar al programa Divorcio Consciente y convertir tu historia en el punto de inflexión donde el amor comienza a sanar generaciones.
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