04/06/2025
“Los padres no estamos preparados para ver sufrir a nuestros hijos.”
Llegué a esta reflexión al observar cómo mi hija adolescente atravesaba uno de los muchos tropiezos que, inevitablemente, tendrá en la vida.
Como madres y padres, uno de los errores más comunes es la sobreprotección. Desde el amor, intentamos evitarles el dolor, pero al hacerlo les robamos oportunidades valiosas de crecimiento.
Las dificultades les permiten desarrollar habilidades esenciales para la vida: resolver problemas, construir estrategias, tolerar la frustración, fortalecerse en la adversidad, forjar carácter.
Querer resolverles todo solo los hace más vulnerables. En cambio, permitir que enfrenten sus errores, asuman las consecuencias y encuentren soluciones es —aunque duela— un acto profundo de amor.