24/01/2025
Dejar ir no significa olvidar, sino recordar que algunas cosas ya cumplieron su propósito en nuestras vidas. Significa reconocer que el apego a lo familiar puede impedirnos crecer y explorar nuevas posibilidades.
Cuando dejamos ir, nos damos permiso para sanar, para perdonar y para renacer. Nos permitimos dejar atrás el dolor, la tristeza y la frustración, y abrazar la esperanza, la fe y la resiliencia.
Dejar ir también nos enseña a confiar en el flujo natural de la vida. Nos recuerda que todo es transitorio y que nada permanece igual para siempre. Al aceptar este principio, podemos encontrar la paz en medio de la incertidumbre y la calma en medio de la tormenta.
En última instancia, “dejar ir” es un acto de amor y compasión hacia nosotros mismos. Es un recordatorio de que merecemos ser felices, libres y plenos, y que sometimes eso significa soltar aquello que nos impide alcanzar nuestro verdadero potencial.