05/05/2025
No somos enfermedades, somos personas, somos historias; la medicación en muchos casos … no siempre es la primera opción …
SOBRE EL USO Y ABUSO DE MEDICAMENTOS
¿Qué dice de la sociedad contemporánea el difundido consumo de medicamentos psiquiátricos como solución para los padecimientos? Nos encontramos ante una situación interesante, puesto que el conocimiento médico ha avanzado hasta proveer tratamientos que, hace apenas 40 años, eran impensables para los problemas de salud mental. Los resultados en cuanto a calidad de vida han sido bastante buenos en el tratamiento de alteraciones graves.
Con el paso de los años, las bondades de la medicación psiquiátrica se han deslizado hacia la cultura popular como un medio de aliviar sufrimientos que, quizá, poseen una base diferente a la de los trastornos psiquiátricos. Esto ha potenciado las fantasías de una cura rápida, indolora y relativamente accesible para muchos padecimientos emocionales que surgen de la postura que uno toma frente a la vida. Si a esto se le suma la cultura de la inmediatez en la que vivimos, la medicación, en cualquier situación y circunstancia, se vuelve una opción relativamente atractiva, aunque no sin costos personales.
Más allá de una cuestión moral sobre la evitación del sufrimiento, el consumo, tal vez indiscriminado, dice algo sobre los valores y visiones imperantes de una época. Si bien la evitación del dolor ha motivado un sinfín de búsquedas fisiológicas, religiosas y científicas, ésta impera hoy casi como un mandato. Aunque ciertamente existe un lugar para la medicación, suele predominar la idea de que el malestar es algo que debe eliminarse de inmediato, en lugar de ser visto como una pregunta potencial para entender la vida, las convicciones personales y los deseos.
Detalle de Hygieia en el techo de la Universidad de Viena, Gustav Klimt, 1907