20/09/2025
Papá de sangre… no te angusties.
Si hoy no viniste a verme, no pasa nada.
Mamá ya me abrazó.
Si no me llamaste para desearme buenas noches, tranquilo… mamá ya entró a mi cuarto, me dio un beso, me arropó y oró conmigo.
Si no supiste si ya comí, no te preocupes.
Mamá cocinó mi platillo favorito y compartimos la tarde juntos.
Si me viste con los zapatos rotos, ya no importa: mamá pidió un préstamo y me compró lo que me hacía falta.
Si no tuviste tiempo de llevarme al médico, mamá ya lo hizo.
Ella cuida que no olvide mis medicinas y muchas noches entra solo a tocar mi frente, temiendo que aún tenga fiebre.
No hace falta que pienses en mis estudios, mis útiles o cualquier gasto… mamá se ha encargado de todo.
Y no te preocupes por apartarme de tu vida ni de tu nueva familia: mamá y mis hermanos somos familia de verdad.
Mis amigos conocen a mamá.
No vi necesario hablarles de ti.
Porque un padre no es el que engendra y se va.
Un padre es el que ama, cuida, educa, protege, guía y da ejemplo.
El que está.
El que se queda.
Y dónde quiera que estés recibe todo mi respeto y mi agradecimiento.