17/08/2025
El deseo y el goce desde la visión del Yoga.
En la tradición del Yoga, la experiencia humana se entiende como un camino de unión: entre cuerpo y mente, entre lo finito y lo infinito, entre el sí mismo y el todo. Desde esa perspectiva, el deseo y el goce no son errores de la naturaleza ni obstáculos a vencer, sino expresiones de la energía vital —prāṇa— que busca expandirse.
El deseo surge cuando la conciencia se proyecta hacia algo que percibe como faltante. Puede ser un objeto, una persona, un gesto, una palabra. En sí mismo no es negativo: es un movimiento de la vida que nos invita a salir de la pasividad y a entrar en relación. Pero cuando el deseo se aferra a un solo objeto como si allí se encontrara toda la plenitud, se convierte en apego (rāga), y entonces produce sufrimiento.
El goce, en cambio, es la vivencia del instante en que el deseo se colma. Puede manifestarse en el cuerpo, en la mente o en el corazón. Pero desde la mirada del Yoga, todo goce es parcial si no conduce a la expansión del ser. El verdadero goce (ānanda) no se limita a una experiencia sensorial o emocional: es el estado en que la conciencia reconoce su propia infinitud.
Así, el Yoga invita a ver que el deseo puede ser el inicio de una búsqueda más profunda. Cada atracción, cada anhelo, cada placer nos señala el camino hacia algo más vasto: el llamado de nuestra propia alma hacia la unión. El reto está en no confundir el medio con el fin. El cuerpo, el encuentro, el amor humano, son portales; pero el destino último es el reconocimiento de lo ilimitado en nosotros mismos y en el otro.
En esta práctica, entonces, el deseo no se reprime ni se idolatra: se observa, se habita, se trasciende. El goce no se reduce al placer inmediato ni se rechaza como pecado, sino que se transforma en una vía hacia el conocimiento del sí mismo (ātman).
De esta manera, cada experiencia íntima, cada vínculo, puede ser un laboratorio espiritual: un lugar donde el deseo y el goce, en lugar de perdernos, nos despiertan hacia la conciencia de lo eterno que somos.