
28/08/2025
🎗️💛
Muchas veces creemos que podemos ponernos en el lugar de una madre que acompaña a su hijo en medio de una enfermedad tan cruel como el cáncer, pero la verdad es que no hay palabras que alcancen para describir lo que ellas sienten.
Tú ves a tu hijo sano, corriendo, riendo, haciendo sus tareas, y el cansancio del día se borra con solo verlo feliz. Pero para una madre que ve a su pequeño con una mascarilla de oxígeno, que escucha cómo se agita al hablar, que contempla un cuerpo frágil y delgado donde hasta los huesitos se notan… el cansancio se convierte en un dolor imposible de imaginar.
Escuchar a tu hijo decir que le duele, verlo llorar de impotencia, verlo tan agotado que solo quiere dormir, recibir una y otra vez diagnósticos que hieren el alma… eso es un peso que ninguna madre debería cargar.
Por eso, nunca le digas a una madre que entiendes su dolor si no lo has vivido, porque no lo entiendes. Nunca le digas que “sea fuerte”, porque lo es cada día, incluso cuando siente que se quiebra por dentro. Nunca le digas que “no sufra”, porque está atravesando el sufrimiento más grande que existe: el dolor de ver a su hijo apagarse.
Lo único que puedes hacer es acompañar en silencio, abrazar con el corazón y estar presente con amor sincero. A veces, la verdadera fortaleza está en dejar de hablar y simplemente sostener, escuchar y estar. 🫂