26/11/2025
HACER EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA REDUCE TENSIÓN EN EL PECHO Y MEJORA LA OXIGENACIÓN
La respiración diafragmática no es solo una técnica de relajación: es una herramienta fisiológica poderosa que influye directamente en el sistema nervioso, en la función pulmonar y en la sensación de tensión que muchas personas sienten en el pecho. A diferencia de la respiración superficial —que usa principalmente los músculos del cuello y la parte alta del tórax— la respiración diafragmática activa el diafragma, el músculo principal de la respiración, permitiendo que los pulmones se expandan por completo y que entre mucho más oxígeno en cada inhalación.
Cuando respiramos de manera superficial, especialmente en momentos de estrés o ansiedad, el pecho se tensa, el aire entra en pequeñas cantidades y aparece la sensación de agotamiento rápido, presión torácica o falta de aire. El cuerpo interpreta esta respiración corta como un estado de alerta, lo que activa aún más el sistema nervioso simpático y aumenta la tensión física. En cambio, al activar el diafragma, el cuerpo envía una señal de seguridad al cerebro que reduce la frecuencia cardíaca, relaja los músculos del pecho y calma la respuesta de estrés.
La expansión profunda de los pulmones permite que los alvéolos —las pequeñas estructuras encargadas del intercambio de oxígeno y dióxido de carbono— trabajen más eficientemente. Esto incrementa la oxigenación de la sangre, mejora la claridad mental, estabiliza el estado de ánimo y reduce la sensación de hiperventilación o ahogo. Además, una respiración más lenta y profunda incrementa la variabilidad cardíaca, un indicador clave de salud y resiliencia fisiológica.
El movimiento del diafragma también actúa como un masaje interno sobre los órganos abdominales, mejorando la circulación venosa, favoreciendo el retorno sanguíneo al corazón y disminuyendo la tensión acumulada en el plexo solar, una región muy sensible durante el estrés emocional. Por esta razón, muchas personas experimentan alivio inmediato en el pecho, relajación en los hombros y una sensación de estabilidad interna al practicar esta técnica.
Con el tiempo, la respiración diafragmática reduce niveles de cortisol, mejora la expansión pulmonar, incrementa la tolerancia al ejercicio y disminuye síntomas de ansiedad. Estudios muestran que practicarla a diario durante unos minutos puede mejorar oxigenación, disminuir la presión arterial y reducir la tensión muscular generalizada.
En conclusión, respirar con el diafragma no es solo llenar los pulmones… es calmar el cuerpo desde adentro, liberar la tensión del pecho y mejorar de manera inmediata la oxigenación y el bienestar.
Cada respiración profunda es una señal de equilibrio para tu sistema nervioso.
Porque aprender a respirar mejor es aprender a vivir con más calma, energía y claridad.