
07/10/2025
“Dos personas nunca se conocen por accidente.”
Hay encuentros que parecen casualidad… pero no lo son.
A veces la vida acomoda los caminos con una precisión que solo el alma entiende.
Te cruzas con alguien justo cuando estás roto, justo cuando crees que nada tiene sentido, justo cuando ya no esperas nada de nadie…
y ahí aparece —no por accidente— alguien que, de alguna forma, viene a enseñarte algo que necesitabas aprender.
A veces llega para ayudarte a sanar.
Otras, para mostrarte cuánto te falta sanar.
Algunos amores llegan para quedarse, y otros solo para despertar partes de ti que estaban dormidas.
Pero todos, absolutamente todos, llegan por una razón.
No hay azar en los vínculos del alma.
Cada persona que entra en tu vida lleva un espejo en las manos.
Un espejo que refleja lo que no ves, lo que niegas, lo que necesitas reconocer.
Y aunque a veces duela, cada encuentro te empuja a evolucionar.
Porque no todo lo que brilla está destinado a durar; a veces solo brilla para que veas en la oscuridad.
Dos personas nunca se conocen por accidente.
El universo es demasiado sabio para cometer errores así.
Hay almas que se reconocen incluso antes de cruzar miradas.
Hay conexiones que trascienden el tiempo, la distancia y la lógica.
Y aunque duren un día o toda la vida, dejan huellas imposibles de borrar.
A veces esa persona aparece para romperte, pero al mismo tiempo te reconstruye.
Te enseña que amar no siempre es poseer, que soltar también puede ser un acto de amor,
y que el verdadero crecimiento muchas veces llega después del dolor.
Porque hay amores que no vienen a quedarse, vienen a despertarte.
Te muestran la versión de ti que habías olvidado,
te devuelven la fe, te inyectan vida,
y luego se van, dejando el eco de lo vivido.
Y duele, claro que duele…
Pero cuando miras hacia atrás, comprendes que sin ese encuentro no serías quien eres hoy.
Nadie llega sin propósito.
Alguien te enseña a amar, otro te enseña a perder,
otro te enseña a perdonar, y alguno simplemente te enseña a no volver a perderte a ti mismo.
Cada historia tiene su propósito emocional, aunque no siempre su final feliz.
Y el alma lo sabe, aunque el corazón no lo entienda de inmediato.
Por eso no te arrepientas de haber conocido a nadie.
Ni siquiera a quien te rompió, porque incluso en esa herida había aprendizaje.
A veces una persona llega para enseñarte lo que el amor no es,
y eso también es amor… en su forma más dolorosa y sabia.
Todo tiene sentido, incluso lo que dolió.
Cada mirada, cada despedida, cada palabra que te marcó,
te estaba preparando para la versión de ti que hoy empieza a florecer.
Así que no, no fue casualidad.
Te cruzaste con quien necesitabas para despertar,
para comprenderte, para sanar lo que no sabías que dolía.
Y aunque no todos se queden, cada uno deja un pedazo de su energía dentro de ti.
Porque dos personas nunca se conocen por accidente.
Se encuentran cuando el alma está lista,
cuando la vida necesita que algo cambie,
cuando el destino decide que es momento de mover tus cimientos para construir algo nuevo.
Y quizás esa persona no era “la indicada”,
pero sí fue la necesaria para que descubrieras lo que realmente mereces. ✨
--- by JonnyRasSaint 🖤