21/11/2025
Hoy te invito a reconciliarte contigo.
A dejar de pelear con tu reflejo y empezar a honrarlo.
A escuchar lo que tu cuerpo necesita:
más descanso, más movimiento, más respiración, más placer,
menos exigencia y más presencia.
Amar tu cuerpo no es perfeccionarlo,
es habitarlo,
es agradecerlo,
es respetarlo,
es hablarle bonito,
es estar de tu lado.
Así que hoy, mientras inhalas profundo,
recuérdate esto:
“Mi cuerpo es digno.
Mi cuerpo es suficiente.
Mi cuerpo es sagrado.
Y el amor que me doy empieza por cómo lo trato y cómo le hablo.”
Que cada día elijas volver a ti,
volver a tu piel,
volver a tu verdad…
porque no existe belleza más poderosa que una mujer reconciliada consigo misma.