16/03/2025
En la adolescencia será crucial la "detención" por parte de la autoridad parental; lo que cuenta con las y los jóvenes no es conocer su intimidad, sino crear un lazo fuerte mientras hablan de su intimidad. Firmeza, límites claros y mucha paciencia.
No perdamos de vista el título de la serie. No nos perdamos en hechos aislados. Lo importante aquí es la adolescencia. Padres y madres de adolescentes pueden perderse en situaciones aisladas que viven sus hijos, sin entender lo que verdaderamente pasa.
La historia en sí muestra de forma simbólica el papel de la autoridad parental, todo lo que experimenta la psicóloga clínica representa al adulto que necesita todo adolescente: que sobreviva a la confrontación consistencia en límites, flexibilidad, empatía y comprensión, modelo de identidad, capacidad de manejar la contradicción y amor-odio del adolescente, y sobretodo respeto de su creciente autonomía.
Cuando el adolescente siente que su agresión no implica una destrucción de sus padres, se genera el terreno para la identidad integrada, al tener el "permiso" de autoafirmarse, el control de impulsos y una autoimagen-autoestima saludables; finalmente el cambio de omnipotencia infantil por el afianzado principio de realidad, que le ayudará a esforzarse por lo que quiera en la vida, consciente de sus limitaciones y del respeto-responsabilidad por los otros, etc.
"La adolescencia puede ser en sí una época tormentosa, de independencia desafiante alternada con dependencia excesiva, con agresión intensa de por medio. ¿Lo que uno tiene frente a sí es adolescencia, o una detención o distorsión de la adolescencia debido a una enfermedad?
Más que ética y valores, el adolescente necesita permiso para para expresar su agresión dentro de un marco claro y darle la oportunidad de reparar, de hacerse responsable de su destrucción. Esto tiene más valor para los jovenes. Es sensato recordar que la rebeldía tiene que ver con la libertad que se les da a los hijos al educarlos de un modo que se les permita existir por derecho propio.
Se trata, únicamente, de responder al desafío del adolescente y no de pretender curar algo básicamente sano. Lo que se ve puesto a prueba frente a ese desafío que representa el adolescente, es precisamente esa parte nuestra que nunca tuvo una adolescencia. Ese pedazo de nuestro ser es el que hace que nos sintamos agraviados y molestos frente a quienes se permiten vivir esta fase, y es el que nos lleva a tratar de encontrarles una solución. Apoyamos y nos equivocamos, retiramos el apoyo y también nos equivocamos; con el correr del tiempo nos damos cuenta que el adolescente ha salido de esa fase sin sentirse amenazado por sus impulsos".
~Donald Winnicott, varios escritos.