
23/08/2025
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Hoy hablaremos de ciertas situación clínicas que comúnmente vemos en PsicoConductual / Conciencia Plena respecto a relaciones interpersonales y de pareja con alternativas de abordaje.
Las relaciones no se “rompen” por magia: se sostienen o deterioran según los patrones de conducta y sus consecuencias. Visto desde el conductismo radical, lo que llamamos “conflictos de pareja” son interacciones que se refuerzan en la dirección equivocada o se mantienen por evitación experiencial.
Errores frecuentes en las relaciones:
1. Confundir amor con control:
Intentar moldear al otro mediante celos, reproches o chantajes.
Conductualmente: son intentos de control aversivo. Funcionan a corto plazo (la otra persona cede), pero deterioran el vínculo a largo plazo.
2. Evitar el conflicto a toda costa:
Silencio, sumisión o “tragar” lo que duele para no discutir.
ACT lo llama evitación experiencial: esquivar la incomodidad impide poner límites y genera resentimiento.
3. Validación condicionada:
“Te quiero si haces lo que espero de ti”.
Mantiene la relación bajo reglas rígidas en vez de apertura y aceptación.
4. Fusionarse con las historias mentales:
Creer ciegamente en pensamientos como “si me quisiera de verdad, lo sabría” o “si discuto, se acaba la relación”.
En ACT esto se llama fusión cognitiva: tratamos pensamientos como verdades absolutas, en lugar de eventos internos pasajeros.
5. Descuidar la conducta de cuidado:
Dar por sentado al otro, reducir los reforzadores positivos (afecto, atención, detalles).
Skinner ya lo señalaba: la conducta de reforzar al otro es clave en los vínculos.
Posibles abordajes clínicos:
Análisis funcional de la relación:
Identificar: ¿qué conductas aparecen? ¿en qué contexto? ¿qué consecuencias las mantienen? Esto permite ver si una dinámica refuerza el bienestar o el malestar.
Defusión cognitiva (ACT):
Ayudar a las personas a observar sus pensamientos sin tratarlos como órdenes absolutas: “mi mente me dice que si pongo límites me dejarán”, y poder elegir conductas distintas.
Entrenamiento en habilidades (DBT/ACT):
Comunicación asertiva.
Tolerancia al malestar para sostener conversaciones incómodas.
Validación sin renunciar a límites.
Clarificación de valores:
Preguntar: ¿qué tipo de pareja quiero ser yo, más allá de lo que el otro haga? ¿Qué conductas reflejan mis valores en esta relación?
Refuerzo positivo deliberado:
Reaprender a reforzar las conductas de cuidado, gratitud y apoyo en la relación, en vez de dejar que solo se refuercen las de queja o evitación.
Desde el conductismo radical y ACT, las relaciones no fracasan por “mala suerte”, sino porque ciertas conductas se refuerzan más que otras. El trabajo terapéutico no es “arreglar a la persona”, sino modificar los patrones de interacción y promover elecciones más alineadas con los valores.